Agricultura
Agricultores de Málaga regalan miles de kilos de limones para protestar por los "precios ruina"
Denuncian el desfase del precio de los limones desde el origen hasta el supermercado: producir un kilo les cuesta 35 céntimos; lo venden por 15 céntimos; y, en las grandes superficies, los consumidores pagan 2 euros de media.
Publicidad
Para optar por regalar hasta 3.000 kilos de limones -en vez de seguir vendiéndolos- es evidente que hay algo que no está funcionando. Los agricultores de Málaga lo saben bien. Sacos y sacos llenos de esta fruta, que la reparten a todo viandante que pasa por ese mercado improvisado que ha montado la Unión de Pequeños Agricultores de la provincia en señal de protesta.
El porqué de esta situación tiene que ver con los "precios ruina" que les pagan por sus cosechas. Un kilo de limones lo venden por 15 céntimos, pero es que producirlo cuesta 35 céntimos. Pero, además, siguiendo el recorrido del campo a la ciudad, el kilo de limones tiene un precio origen de 15 céntimos; y, en el supermercado, se vende a los consumidores por 2 euros el kilo.
Una situación que ha llevado a los agricultores malagueños a tocar fondo. Son producciones que les salen a perder y es insostenible seguir con ello. Los limoneros no se desvisten, nadie recoge la fruta porque no compensa hacerlo. Los ya recolectados, se dan gratis.
También en Murcia y Valencia
No acuden a las recogidas, pero sí a las calles. Y no lo hacen solo en Málaga. Esta "no práctica" de recolecta se extiende a más ciudades, como Murcia y Valencia. ¿Los motivos? Los mismos. Cientos de profesionales afectados por el desfase del precio en origen al de las grandes superficies, que ha desembocado en la peor crisis de los últimos diez años.
A este trance que atraviesa el sector, se suma la indignación por la importación de limones procedentes de países extracomunitarios a precios más bajos y la posibilidad de incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria. Esta norma entró en vigor el 1 de enero y establece la negativa de pagar a los agricultores por debajo de su precio de producción. Por eso, piden precios justos que les permitan sobrevivir y continuar con su actividad.
Publicidad