Galicia
Alerta en restaurantes y mercados gallegos ante la escasez de pulpo
Cada vez resulta más complicado conseguir un producto tan típico como demandado en mercados o restaurantes.
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Viajar a Galicia es sinónimo de disfrutar de los manjares de su tierra y también de sus mares. No obstante, establecimientos y superficies de venta están teniendo problemas durante los últimos meses para ofrecer uno de sus productos estrella: el pulpo gallego.
Los clientes en mercados como el de Santiago de Compostela ya no encuentran este cefalópodo en las pescaderías de la plaza: "En este puesto es el único en el que he encontrado algo, pero ya lo han acabado todo", reconoce una clienta, que lamenta además el pequeño tamaño del octópodo.
Un problema que preocupa a los profesionales del sector, tanto en el mar como en tierra. Los pescaderos, por ejemplo, reconocen que "hay escasez, muy poca en comparación con otros años", comenta un trabajador del mercado. Y a ello se suma, además, el precio: "Desde el año 2020, el precio del pulpo ha tomado un impulso hacia arriba y se mueve siempre por encima de los 10 euros", apunta otro trabajador.
Y en los restaurantes también se percibe una situación similar. Falta un producto que en establecimientos como en el que trabaja Gonzalo, en Santiago, es esencial: "Es de las cosas que más vendemos, uno de los productos que más nos piden", explica.
Entre los afectados están también empresas y trabajadores del sector de la distribución. Una de esas empresas es la de Fernando, para la que "el 80% de nuestro volumen de ventas es de pulpo gallego, por lo que estamos teniendo problemas serios para abastecer a nuestros clientes habituales".
Retrasar las vedas como posible solución
Se trata de una problemática que arrastra el sector desde hace tiempo: la sucesión de temporales durante los meses de invierno ya había provocado que a comienzos de este año las capturas se redujesen a la mitad, en comparación con el mismo período de 2023.
Desde el sector urgen medidas para modificar las vedas y hacer frente, así, a la escasez de uno de los productos más identitarios de Galicia. Una de las soluciones que proponen, en este sentido, es retrasar la apertura de la veda de julio a septiembre.
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