Angela Merkel da un giro a su política de jubilaciones y propone rebajarla a los 63 años. El mismo país que exigió a sus socios europeos alargar el tiempo de jubilación hasta los 67 años, ahora propone reformar sus pensiones y que los ciudadanos alemanes trabajen hasta los 63.
La medida ha sido impuesta a la canciller por los social-demócratas para conseguir un acuerdo de coalición. Justifican la norma como una "obligación moral para premiar a las personas que han trabajado y rendido a lo largo de toda su vida".