Presión fiscal
Así se reparte el pastel de nuestros impuestos
¿Cómo se reparten nuestros impuestos? ¿Soporta España una presión fiscal mayor que el resto de países de su entorno? Lo analizamos.
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Todos en algún momento hemos hecho nuestra la canción que ABBA popularizó, 'Money, money, money'. El grupo sueco se quejaba de trabajar noche y día para pagar las facturas y, sin embargo, nunca tener un centavo.
"I work all night, I work all day
To pay the bills I have to pay
Ain't it sad?
And still, there never seems to be
A single penny left for me
That's too bad (...)
Money, money, money"
En los mundos en los que vivimos, en los que todo nos parece que sube de precio, menos nuestro salario, la queja sigue estando de moda. Cuando una persona se incorpora al mundo laboral, se da de bruces con la realidad.
La jornada laboral completa es la más habitual en España, esto quiere decir que de un día de 24 horas se destinan 8 horas al trabajo. La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia publicó en 2023 un estudio en el que indicaba que en nuestro país la media de horas que dedicamos al sueño, al descanso, se acerca al mínimo recomendado, es decir, 7:13 minutos. Si después añadimos, como poco, 3 horas más, por el tiempo de asearse y vestirse cada mañana, traslados a la oficina, paradas para desayunar, comer o cenar. De esas 24 horas que dan vida a un día nos quedan libres, en el mejor de los casos, 6 horas que cada uno puede destinar a lo que buenamente decida.... pero para el ocio, para ese cine, para ese gimnasio, para ese aperitivo.... para casi todo hace falta 'money, money, money'.
Entender nuestra nómina es el primer paso para organizar nuestra economía. El dinero que tenemos como sueldo no es el que llega a nuestros bolsillos, ya que tal y como hemos restado horas al día al salario, también se le han de sustraer, impuestos y demás gastos fijos... En esos gastos fijos no hay pérdida. El dinero que destinamos a pagar facturas sabemos a qué se dirige cada uno de los céntimos, pero ¿qué se paga con nuestros impuestos?
La presión fiscal
La OCDE acaba de publicar el informe anual sobre ingresos fiscales en el que señala que la presión fiscal de España retrocedió en 2023 por tercer año consecutivo y lo hizo de forma más intensa que el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, pero nuestro país sigue estando por encima de la media.
La presión fiscal de España se situó en 2023 en el 37,3%, frente al 37,6% del año 2022. La media de la OCDE se fijó en 33,9%.
Antes de remangarnos las mangas en materia de impuestos, vamos a explicar que en nuestro país los tributos se clasifican en impuestos directos o indirectos. Los primeros son los que se gravan directamente sobre el sueldo y el patrimonio de cada uno, mientras que los indirectos gravan el consumo de bienes y servicios.
Entre los impuestos directos subrayamos dos, el IRPF y el Impuesto de Sociedades. La OCDE dice en su informe al respecto que el mayor peso en los ingresos fiscales de España correspondió a las contribuciones a la Seguridad Social. Es decir, en nuestro país los impuestos sobre la renta de las personas físicas supusieron un 34,1% frente al 23,6% de la media del resto de países de la OCDE.
En el caso del impuesto de sociedades, el peso de este tributo en la recaudación fiscal de España fue del 7,2%, frente al 12% en la organización.
Hacienda define el IRPF como "una pieza clave de los sistemas fiscales modernos. A través de él se busca particularmente la aplicación de los principios de capacidad económica, equidad, justicia y redistribución de la riqueza".
La Agencia Tributaria subraya que a través de los impuestos "se obtienen la mayoría de los ingresos públicos para costear las necesidades colectivas. Son cantidades que se exigen obligatoriamente por ley sin que exista una contraprestación individualizada específica". Es decir, con ese dinero que pagamos en impuestos se sostiene el sistema de bienestar que tanto agradecemos cuando ocurre algo. Sanidad, educación, pensiones, etc.
El IVA
Fijémonos ahora en los impuestos indirectos. En este apartado hay uno que tiene nombre y apellidos , el IVA, cuya recaudación se situó en España en el 18,6%, casi uno de cada cinco euros en impuestos y el doble de lo recaudado con el resto de tipos de consumo. Eso sí, por debajo de la media del 20,8% de la organización internacional. El peso de los demás impuestos sobre el consumo fue del 9%, frente al 10,8% de la media de la OCDE.
El IVA es un impuesto que nos iguala a todos, es decir, si el IRPF no es un tipo fijo, sino que varía en función de la renta de cada uno. Por el IVA pagan lo mismo quienes hacen números para llegar a fin de mes como los que llegan holgadamente.
El IVA general en nuestro país es del 21%, pero después existe un tipo reducido del 10% y otro superreducido del 4%. Este impuesto se paga en casi cualquier parte del mundo.
En el informe Consumption Tax Trends se demuestra que España se sitúa en una posición media de la tabla respecto a lo que supone el IVA en cada uno de los territorios. Noruega, Dinamarca y Suecia son los países con el IVA más elevado, mientras que entre nuestros vecinos este impuesto está así: Alemania tiene un 19%; Francia, un 20%; Italia, un 22%; y Portugal, un 23%.
¿Cómo se reparte el pastel?
¿Pero qué cantidad destinamos a cada partida? En los últimos meses de 2024 sabemos si habrá presupuestos renovados para 2025. Lo que sí tenemos claro es que este año hemos prorrogado los de 2023, así que según esas cuentas, nuestro dinero se distribuyó de la siguiente manera. Para estos gráficos cogemos los datos de CIVIO, que se define como "una organización sin ánimo de lucro que lucha contra la opacidad en las administraciones públicas y a favor de la rendición de cuentas". CIVIO cita como fuente de datos al INE y los PGE.
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