La Comisión Europea (CE) presenta este miércoles su propuesta para crear un pasaporte de vacunación que certifique que su portador está inmunizado o ha dado negativo en un test PCR, una medida que busca facilitar los viajes en la Unión Europea pero genera dudas por su posible carácter discriminatorio.
Ya sabemos que el pasaporte Covid o Certificado europeo de vacunación se expedirá de forma gratuita y permitirá viajar sin necesidad de PCR, según explicó la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson. Asimismo, éste será bilingüe, se expedirá en papel aunque también se podrá llevar en formato digital en el móvil y cuenta con un código de barras.
Este pasaporte tendrá información sobre si estamos vacunados, qué vacuna nos han puesto y cuántas dosis, si hemos pasado la enfermedad, si tenemos anticuerpos y fecha y lugar de vacunación, entre otros.
La CE advirtió de que no se reconocerá como vacunados a quienes reciban el fármaco ruso Sputnik V, que inyectarán Hungría, República Checa y Eslovaquia, o la china Sinopharm, que obtendrá Polonia, puesto que no han sido todavía aprobadas por la EMA.
Bruselas tendrá que definir en su propuesta qué derechos en concreto otorgará y el territorio de validez de este certificado -que ha bautizado como "pase verde digital"-, pero el objetivo general es facilitar a los europeos "moverse de forma segura en la UE o fuera de ella, por trabajo o turismo", según explicó la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Este pasaporte debería permitir reducir los trámites que se exigen ahora para los viajes en la UE, como pruebas PCR, formularios de registro o cuarentenas, pero en principio sería una medida complementaria a estos sistemas y las personas que no tengan el certificado también podrían viajar. La Comisión calcula que se necesitan tres meses para el desarrollo técnico, con lo que, de recibir el visto bueno de los países rápidamente, los pasaportes podrían estar disponibles en junio.
El certificado cuenta sobre todo con el apoyo de los países del sur de Europa, como España, Grecia o Chipre, y de otros también muy dependientes del turismo, como Austria, que querrían tenerlos listos en verano para que la reanudación del turismo sea más fluida que el año pasado. Sin embargo, otros Estados con menor peso de este sector en su economía, como Francia o Bélgica, no ven la misma urgencia y llaman a atajar la posible discriminación entre inmunizados y no inmunizados o de privacidad y protección de datos.
Los críticos señalan que la vacunación no es obligatoria y aún no está accesible para toda la población de la UE, que de media solo ha vacunado de momento al 4 % de sus ciudadanos con las dos dosis necesarias.
Desde el punto de vista médico, hay personas que no podrán recibirla, como los alérgicos, y no existe total certeza aún sobre cuánto tiempo dura la protección o hasta qué punto evita la transmisión del virus. L
a brecha digital podría también dificultar, en función de su diseño, el acceso al pasaporte para los ciudadanos que no tengan o puedan permitirse un teléfono inteligente, por ejemplo. La propuesta llega en vísperas de una cumbre de líderes comunitarios, el jueves y viernes, que abordará precisamente la vacunación.