En España, cada vez es más común encontrarse con casos de fraude a la Seguridad Social. Es el caso de un hombre que trabajaba como antenista en una empresa de la zona norte de Madrid. Fue despedido e indemnizado. Justo después empezó a cobrar la prestación por desempleo. Casi a la par y por su cuenta continuó colocando antenas sin factura. Cobrando en B.
Es el ejemplo tipo del fraude a la seguridad social que más se ha incrementado desde el inicio de la crisis. El número de casos investigados por agencias de detectives especializadas ha aumentado un 76%. Casos como el de esta peluquera que fue despedida del centro en el que trabajaba en Moratalaz. Pasó a las listas del paro y a cobrar por ello y no dejó de hacerlo al conseguir trabajo en otra peluquería donde no estaba dada de alta y recibía su sueldo en un sobre.
Estas denuncias proceden de la empresa donde trabajaban primeramente los empleados. Éstos solicitan una indemnización elevada, lo que hace que el empresario decida tomar medidas para demostrar que está cometiendo un fraude.
La actuación de estos trabajadores tiene consecuencias penales tipificadas por fraude a la Seguridad Social pero también supone la pérdida automática de la prestación por desempleo, la reclamación por parte del antiguo INEM de las cantidades percibidas y sanciones administrativas que llegan a los 20.000 euros. El empresario que les paga "en B" está cometiendo una infracción muy grave que puede superar los 60.000 euros de multa.
