Ayudó a salir de la crisis, pero ha aumentado la temporalidad en el empleo

En febrero de 2012 la nueva reforma laboral cambió nuestras relaciones en el trabajo. La polémica sobre la reforma sigue años después entre gobierno y oposición, mientras los expertos analizan para qué ha servido.

Muchos coinciden en los efectos positivos, como que ayudó a salir de la crisis más rápido, a que se destruyera menos empleo y mejorar la contratación. Recuerdan que antes del cambio había más de 5 millones de parados.

La última Encuesta de Población Activa registra unos 4 millones. Por primera vez en 6 años la tasa de paro baja del 20%. En este tiempo hemos ganado 374.000 ocupados. La reforma -dice la ministra que la promivió, Fátima Báñez- es un instrumento para crear empleo intensamente: "Ese marco laboral que hoy tenemos en España está haciendo posible que en nuestro país se creen 2.200 empleos cada día". Es cierto que hay más trabajo, pero los sindicatos cuestionan la calidad del empleo y saldrán a la calle como protesta. El líder de CC.OO. Fernández Toxo, cree que estas reformas van contra los "intereses de los trabajadores". Y algunos expertos ven también sombras, como que crece la temporalidad o que las condiciones laborales son peores: más inestabilidad y salarios más bajos, porque los contratos eventuales crecen.

La temporalidad ha aumentado dos puntos en estos años hasta rozar el 27%, la cifra más alta desde finales de 2008.