Cesta de la compra
La bajada de precios de algunos alimentos vuelve a variar los hábitos de consumo
Cambiamos poco a poco nuestros hábitos a la hora de hacer la compra. Los españoles preferimos acudir a nuestro supermercado más cercano antes que ir a otras tiendas.
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Tras el prolongado periodo de alta inflación que obligó a muchos consumidores a ajustar sus presupuestos y ser más selectivos con sus compras, los españoles aún no han retomado por completo los patrones de consumo previos. En su lugar, se han observado ajustes en las preferencias y comportamientos de compra, según el último informe sobre hábitos de consumo de 2024 de Kantar.
Los consumidores españoles están cada vez más inclinados a priorizar la calidad sobre la cantidad, lo cual se refleja en un aumento de la demanda de productos frescos y de temporada. Los consumidores parecen estar dispuestos a pagar un poco más por productos que perciben como más saludables.
Esta tendencia también se traduce en una ligera disminución del volumen de compra, con una caída del 0,7%, lo que sugiere que se come y cena más fuera de casa. Sin embargo, el gasto en alimentación, droguería y limpieza ha aumentado casi un 2% en comparación con el verano de 2023. Cabe recordar que el último dato de inflación publicado por el Instituto Nacional de Estadística sitúa la subida de precios en un 2,2%.
Otro aspecto relevante es el impacto de la inflación en las marcas y productos elegidos. La desaceleración inflacionaria ha llevado a que los consumidores realicen menos compras, ya que no sienten la necesidad de buscar ofertas y promociones en varios supermercados. En su lugar, vuelven al supermercado de siempre, el que tienen más cerca, principalmente por razones de tiempo, según afirman la mayoría.
Esto se traduce en que las marcas blancas ya no son la primera opción para muchos al llenar el carrito de la compra. En conjunto, el 44,4% de todo lo que se adquiere en la gran distribución corresponde a marcas blancas, mientras que hace un año representaba el 43,1%, y hace dos años, el 41%, según los datos de Kantar.
Estos ajustes reflejan un cambio en la mentalidad del consumidor español, que continúa adaptándose a un entorno económico y social en constante transformación.
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