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El Consejo de Ministros ha aprobado una nueva reforma financiera que endurece las provisiones de la banca y que no incluye ayudas a fondo perdido a las entidades que lo necesiten, pero sí apoyos con un tipo de interés cercano al 10% anual.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró tras el Consejo de Ministros que el Gobierno está determinado a "tomar las medidas necesarias" para restaurar la "credibilidad y la confianza" en el sistema financiero.

Por su parte, Luis de Guindos, ha limitado a 15.000 millones de euros de dinero público el eventual coste del saneamiento financiero.

El ministro de Economía recalcó que es complicado calcular el importe potencial de dinero público que podría destinarse a las entidades en caso de que lo necesiten para cumplir con las exigencias previstas por norma, pero precisió que "va a ser claramente inferior a los 15.000 millones".

Nada más conocerse estas nuevas medidas para la banca, en el Ibex se produjo una fuerte caída de las entidades financieras.

La nueva regulación financiera obligará a la banca a aumentar los saneamientos para los créditos considerados no problemáticos, que hasta ahora solo había que dotarlos al 7% de su importe.

La vicepresidenta explicó que la nueva reforma, al obligar a la banca a aumentar sus saneamientos, permitirá recuperar la concesión fluida de créditos y facilitar la venta de viviendas a precios razonables.

Una de las medidas que el Gobierno ha adoptado para dar una imagen de mayor transparencia hacia los mercados ha sido pedir a Economía que encargue a dos tasadores independientes una valoración de toda la cartera inmobiliaria que tiene en su balance la banca española.

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