El Banco de España calcula que la situación política en Cataluña podría restar al crecimiento económico entre 0,3 y 2,5 puntos porcentuales en los dos próximos años, en función de dos diferentes escenarios que varían según la intensidad y la duración de la crisis.
En su informe de estabilidad financiera publicado, el Banco de España señala que en el peor escenario, que implicaría una "tensión severa y prolongada", se reduciría 2,5 puntos porcentuales el crecimiento económico entre finales de 2017 y 2019, lo que equivale a más de 25.000 millones euros. "Este escenario comportaría una reducción de cerca del 60% del crecimiento considerado en el escenario base para el conjunto de la economía española y una recesión de la economía catalana", apuntan.
El otro escenario, de tensión transitoria y acotada de la incertidumbre, la pérdida acumulada del PIB sería de unas tres décimas, algo más de 3.000 millones. Las previsiones del Gobierno son que el PIB crezca un 3,1% este año, un 2,3% en 2018 y un 2,5% en 2019.
El Banco de España, que advierte de que estas estimaciones deben tomarse con cautela, también apunta que "permiten evidenciar los significativos riesgos y costes económicos de la situación provocada por las iniciativas independentistas en Cataluña". Hasta la fecha, reconoce la entidad, los efectos de las tensiones políticas han sido visibles sobre todo en el ámbito de los mercados financieros, donde, desde principios de octubre, se ha producido un cierto aumento de la volatilidad en los mercados bursátiles.
En otros ámbitos, el Banco de España apunta cómo podría afectar en el consumo, la inversión o la financiación. En el caso de las familias, señalan, una pérdida de confianza puede llevar a un mayor ahorro "reduciendo así su consumo y posponiendo sus decisiones de adquisición de bienes de consumo duradero y de compra de vivienda". En cuanto a las empresas, podrían retrasar la realización de nuevos proyectos de inversión y postergar sus decisiones de contratación.
Estos efectos, añade la entidad, pueden extenderse a los no residentes "afectando negativamente a variables como el turismo o la inversión extranjera". Asimismo, recuerdan que, en un contexto de mayor incertidumbre, las sociedades financieras tienden a restringir la concesión de crédito. En los mercados financieros, a la volatilidad de los precios se puede sumar el aumento de las primas de riesgo y, por tanto, el mayor coste de financiación del conjunto de la economía. "La pronta normalización de esta situación podría mitigar la incidencia de los riesgos para la economía", concluye el Banco de España, que apunta que la decisión de aplicar el artículo 155 ya supuso "una cierta moderación en el grado de tensionamiento".