El Banco Mundial (BM) ha indicado que la inestabilidad en la zona euro es una de las grandes amenazas para la economía mundial, que crecerá un 3,3% este año y un 3,6 en el 2012 impulsada por el empuje de los países en desarrollo.
El economista jefe del BM, Justin Yifu Lin, ha afirmado que el proceso de recuperación en marcha en la economía global es estable pero alerta de la existencia de riesgos que podrían truncar el proceso.
El informe actualizado divulgado destaca, en ese sentido, que "no están claras" las posibles repercusiones del renovado nerviosismo de los inversores sobre la deuda soberana de algunos de los países de la zona euro.
El análisis recuerda la presión a la que se vieron sometidos en los últimos meses del 2010 países como Irlanda, así como Bélgica, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España.
"El escenario más probable (...) asume que aunque el nerviosismo continúa, tendrá un impacto limitado sobre la economía real como ocurrió en mayo del 2010 cuando tuvo lugar la primera ronda de nerviosismo sobre la deuda soberana europea", destaca el informe.
Según las proyecciones del organismo, los países en desarrollo crecerán un 6% este año y un 6,1% en 2012, frente al 2,4 y el 2,7%, respectivamente, de los países desarrollados.
El organismo internacional había previsto en junio una horquilla de crecimiento de entre el 2,9 y el 3,3% para el 2011. Según los datos publicados entonces, el crecimiento previsto para el 2012 era de entre el 3,2 y el 3,5%.
"Es la historia de dos mundos distintos", ha afirmado el economista del BM Hans Timmer durante una rueda de prensa en la que el organismo ha presentado el informe actualizado "Perspectivas Económicas Globales" con sus últimas previsiones de crecimiento para la economía mundial.
Desafíos para los países desarrollados
Lin ha hecho hincapié en algunos de los desafíos que afrontan los países en desarrollo como los enorme flujo de capitales y el repunte en los precios de los alimentos.
En ese sentido el informe presentado menciona que muchos de esos flujos de capital son puramente especulativos y que, de no controlarse, pueden provocar "abruptas" apreciaciones y depreciaciones de las divisas que no reflejan los fundamentos económicos.
El informe recuerda que en gran medida ese desembarco masivo de capitales en los países en desarrollo es fruto de los tipos de interés históricamente bajos en los países desarrollados que hace que el capital saga en búsqueda de oportunidades más interesantes.