El Grupo BBVA cerró el pasado ejercicio con una tasa de morosidad del 6,8 %, frente al 5,1 % de 2012, incluyendo la actividad inmobiliaria en España, explica la entidad, que añade que los indicadores "tendieron a estabilizarse en la última parte del año en España, con una caída en los saldos dudosos". El crédito a la clientela se redujo el 4,7 %, hasta los 350.110 millones de euros, mientras que los depósitos custodiados por la entidad crecieron el 6 % y alcanzaron los 310.176 millones.