El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha respaldado este lunes la propuesta de Alemania de dar más poder al comisario de Asuntos Económicos, cargo que ahora ocupa Olli Rehn, para que pueda intervenir directamente en los presupuestos nacionales de los Estados miembros.
"Estoy totalmente a favor. Los gobiernos harían bien en considerarla seriamente", asegura Draghi en una entrevista al semanario alemán Der Spiegel. "Creo firmemente que, para restaurar la confianza en la eurozona, los países deben transferir parte de su soberanía al nivel europeo", sostiene el banquero italiano. A su juicio, sólo si los Estados miembros ceden soberanía a la UE podrán ganar poder frente a los mercados financieros.
"Muchos Gobiernos todavía deben darse cuenta de que perdieron su soberanía nacional hace mucho tiempo. Debido a que en el pasado han permitido que su deuda se acumule, ahora dependen de la buena voluntad de los mercados financieros", asegura Draghi.
"Solo intervendremos si las diferencias llegan a ser excesivas", dijo
En la entrevista, el presidente del BCE defiende de nuevo que el programa de compra de deuda que anunció en septiembre es legal y necesario para acabar con el riesgo de ruptura del euro y no provocará inflación. Y vuelve a insistir en que estará sometido a "condiciones estrictas".
"No queremos eliminar por completo las diferencias de tipos de interés entre países. Sólo intervendremos si las diferencias llegan a ser excesivas", asegura, aunque no precisa qué considera excesivo. "Hemos decidido no dar cifras exactas para nuestro programa en las que luego podríamos quedar atrapados", explica.
En todo caso, Draghi reconoce que los tipos de interés de España e Italia antes del anuncio del programa de compra de bonos eran alarmantes. "Considere el caso de un banco en España que apenas podía emitir un bono aunque era, hablando objetivamente, tan solvente como una institución de crédito de Alemania", señala.
El banquero italiano explica que el BCE interrumpirá la compra de bonos cada vez que los inspectores de la troika emprendan su revisión trimestral sobre si el país que pida el rescate cumple o no las condiciones. Si el dictamen es negativo, el instituto emisor no volverá a intervenir en el mercado.