La decisión ha sorprendido a los mercados y a la mayor parte de los analistas, que había previsto que la entidad monetaria europea dejaría inalterado el precio del dinero. El euro cayó tras conocerse la decisión y se cambiaba a 1,3777 dólares a las 13.00 GMT, frente a los 1,3820 dólares media hora antes.
La institución europea informó en Fráncfort de que también bajó la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a los bancos durante un día, hasta el 2%, y la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, hasta el 0,5 %.
Alemania y Francia, principales economías de la zona del euro, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtieron el miércoles a Grecia de que van a congelar la ayuda de 8.000 millones de euros hasta que se despeje la incertidumbre por el anuncio del referéndum para votar el segundo paquete de rescate y en caso de que el voto sea en contra. Sin esta ayuda financiera, Grecia podría declararse insolvente en diciembre.
El anuncio del referéndum disparó la rentabilidad de la deuda soberana de algunos países de la zona del euro. El interés de los bonos griegos a diez años se situaba hoy en el 27,2 %, de los italianos en el 6,17 % y de los españoles en el 5,3 %. El 11 de diciembre el Gobierno griego debe pagar bonos por valor de 8.100 millones de euros y es posible que sólo tenga la financiación necesaria para ello si la zona del euro y el FMI transfieren la ayuda que ahora han congelado.
El BCE, que incrementó el precio del dinero en abril y julio, no aceptará como garantía en sus operaciones de refinanciación bonos soberanos griegos en caso de que Grecia se declare insolvente. "El banco central decidió en primavera no aceptar bonos de un país insolvente como garantía para refinanciar a los bancos si no hay mejoras en el crédito (es decir el respaldo de otros gobiernos de la zona del euro), incluso durante cortos periodos de tiempo", según el analista del Commerzbank Christoph Weil. El analista añadió que "en este caso existe un riesgo de que colapse el sistema bancario griego". El colapso del sistema bancario griego puede tener un efecto de contagio en otros países de la zona del euro, como ya se ha reflejado en el aumento de las primas de riesgo de la deuda de Italia y España.
Los mercados prestarán atención a los comentarios del nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, sobre la sorprendente decisión de bajar la tasa de interés rectora, en su primera rueda de prensa al frente de la entidad monetaria. Draghi se pronunciará sobre el programa de compra de deuda pública que el BCE introdujo en mayo del año pasado para ayudar a Grecia a refinanciarse y con el que posteriormente ha apoyado a otros países como Irlanda y Portugal. En agosto, el BCE reactivó este programa para ayudar a Italia y España.