Los terrenos que rodean a Port Aventura, en Tarragona, aún siguen soñando con acoger algún día hoteles de lujo, casinos, centros comerciales y parques temáticos, a pesar de que el principal promotor de BCN World, Enrique Bañuelos, haya renunciado a pagar los casi 400 millones de euros que costaban.
La Generalitat ha salido al rescate del proyecto con una opción de compra por una parte del suelo que debería ocupar este complejo turístico. Así, se gana algo de tiempo a la espera de encontrar otros inversores que crean en esta idea, que pretendía ser la alternativa a Eurovegas, otro proyecto al que hace justo un año se le daba carpetazo definitivo.
Las numerosas exigencias legales que pedía Sheldon Adelson, muchas imposibles de cumplir, hicieron que finalmente el magnate renunciara a construir una réplica de Las Vegas en la localidad madrileña de Alcorcón. La macrociudad del juego se derrumbaba así sin haber sido más que un simple dibujo sobre un plano.
Sin embargo, parte de esa idea tirada a la basura podría crecer en el futuro a muy pocos kilómetros de ahí, en los antiguos cuarteles del barrio madrileño de Campamento. Ahí también había un plan para convertir los terrenos en una moderna ciudad con 10.000 viviendas, un plan que nunca llegó a prosperar.
Ahora, el hombre más rico de China, Wang Jianlin, quiere construir un complejo residencial y de ocio al estilo de los que tiene repartidos por todo el mundo, con hoteles de lujo, enormes centros comerciales, salas de cine, etcétera.
Jianlin, muy aficionado al fútbol español y a nuestra gastronomía, es ya el propietario del Edificio España, en pleno corazón de Madrid.