Plan de ahorro energético

Bruselas avisa a los europeos: mejor ahorrar ahora, que pasar frío en invierno

Las autoridades europeas reconocen que vivimos una crisis energética sin precedentes y que Europa debe prepararse para un corte total del gas ruso. Para ello, Bruselas pide a todos los países reducir el consumo de gas un 15% porque, aseguran, que actuar ahora será menos doloroso que en medio del invierno. Pero no todos los países están de acuerdo con el planteamiento de la Comisión.

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Hasta 12 estados miembros de la UE sufren hoy algún tipo de corte, total o parcial, en el suministro del gas que viene desde territorio ruso. Una lista que podría aumentar en las próximas semanas si Moscú amplía su amenaza de cerrar el grifo. En Bruselas tienen claro que, tarde o temprano, eso pasará. “Tenemos que prepararnos para un corte abrupto del flujo desde Rusia, éste es un escenario probable y nos afectaría a todos los países de la Unión, grandes y pequeños. Rusia nos está chantajeando con el gas, está usando la energía como arma de guerra”, ha advertido la presidenta de la Comisión Europea.

El plan de Bruselas busca reducir el consumo del gas a partir del 1 de agosto. En los próximos 8 meses, todos los países tendrán que ahorrar un 15%. Cada uno debe decidir de qué manera lo hará a través de planes nacionales que tendrán que presentar ante el ejecutivo comunitario en el mes de septiembre.

El documento aprobado por el Colegio de comisarios asegura que “actuar ahora es más rentable y menos perturbador para nuestra vida diaria que hacer recortes de emergencia en una fecha posterior. Porque el gas que no se usa en verano, es gas que se puede almacenar para el invierno”. Bruselas pone el ejemplo de Finlandia, el alumno aventajado, que ya ha dado pasos impresionantes en la reducción de consumo.

La Comisión Europea ha sacado músculo en la presentación del esperado plan. La rueda de prensa ha contado con la presidenta Von der Leyen junto a tres de sus comisarios más potentes, un gesto claro de que la energía ahora mismo es la prioridad absoluta. El vicepresidente segundo, el holandés Frans Timmermans, marcaba claramente el compromiso de las autoridades comunitarias. “No debemos dejar que la situación se vaya fuera de control, hay que actuar ahora. Cuando pase el tiempo, queremos poder decirles a los ciudadanos europeos que no han pasado frío, ni han perdido su empleo gracias a la solidaridad entre estados miembros”, reflexionaba.

Plan en dos etapas

Las medidas que hoy ha presentado Bruselas pasan por una primera etapa de carácter voluntario. La Comisión propone que, entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, todos los países reduzcan la demanda de gas en un 15 %, respecto a la media de su mismo consumo en los últimos cinco años. Pero la presidenta avisa de que, si esto no se consigue porque aparezca un riesgo de escasez severa o una demanda excepcionalmente alta, la Comisión activará la “alerta energética” en la UE que hará que ese ahorro del 15% pase a ser obligatorio.

A día de hoy, hay 11 estados miembros en situación de “alerta temprana” y uno que ha ido más allá y se ha declarado en “estado de alerta”. Y la situación se podría deteriorar en cualquier momento. Por eso, se pide colaboración a todos los consumidores: administraciones públicas, hogares, propietarios de edificios públicos, empresas eléctricas e industria. Todos pueden tomar medidas en sus niveles de actuación. Mientras, la Comisión se compromete a seguir diversificando y a acelerar la opción de realizar compras conjuntas de gas a nivel de la UE, para que los precios sean más competitivos.

Se quedan fuera los clientes protegidos

Los técnicos europeos explican que el plan está dirigido, sobre todo, al ahorro en la industria, pero la Unión no pierde la ocasión de pedir un esfuerzo a todos. Aún así, garantizan que los conocidos como “clientes protegidos” siguen quedando fuera de cualquier obligación de racionamiento de gas. Estamos hablando de los hogares particulares y de los servicios sociales esenciales: hospitales, escuelas o residencias de ancianos.

No obstante, Bruselas anima a los gobiernos europeos a que lancen campañas de información para concienciar a los ciudadanos a tomar medidas de ahorro. La Comisaria de Energía confirmaba que las familias seguirán siendo consideradas como consumidores protegidos. “No debería existir el riesgo de cortes de suministros en los hogares, pero todos deberíamos ahorrar gas en casa. Aunque sea a pequeña escala, todo cuenta”, decía.

Fuerte oposición española

No todos los países están de acuerdo con este plan. Se intuía que los menos dependientes del gas ruso, -como España, Portugal o Francia-, podrían poner algún tipo de pega. Pero el gobierno español ha sido tajante a la hora de rechazar la propuesta. “Defendemos los valores europeos, pero no podemos asumir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa", ha cargado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

España asegura que este documento únicamente puede ser un punto de partida para empezar a negociar, ya que opinan que el plan "no es necesariamente el más eficaz, ni el más eficiente, ni el más justo".

Ribera ha terminado su rueda de prensa con una advertencia a las autoridades comunitarias: "pase lo que pase, las familias españolas no van a sufrir cortes de gas ni luz en sus casas, y también vamos a defender las posiciones de nuestra industria”.

La ministra participará el próximo martes 26 de julio en un Consejo de ministros de Energía, que será el momento de ver hasta dónde llega el rechazo de las cancillerías europeas a la propuesta de Bruselas.

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