Publicidad

tienen que invertir, al menos, medio millón

Cada vez más ciudadanos chinos compran vivienda en España para conseguir la residencia

Grandes fortunas están visitando España para comprarse casas y, a la vez, hacerse la tarjeta de residencia. Su inversión tiene que superar el medio millón de euros. Más de 600 extranjeros consiguieron "así" quedarse en España el año pasado, la mayoría chinos.

Preparan su viaje hasta con tres meses de antelación. Un autobús los lleva a visitar pisos. La inmobiliaria tiene preparado un listado con una docena de inmuebles en venta. Estos compradores chinos quieren pisos de más de medio millón de euros para conseguir un permiso especial de residencia. Se conoce como la Golden Visa.

"Les permite adquirir la residencia, el permiso, con unos trámites mucho más sencilla" afirma Óscar Rodríguez, director de OC Habitat.

Inmaculada Farinós, agente inmobiliario asegura que "demandan viviendas determinadas, con mucha luz y muchos metros, es verdad que es muy fácil trabajar con ellos, porque lo tienen muy claro"

El año pasado se concedieron casi 600 visados por invertir más de 500 mil euros en un inmueble. Y la mayoría son chinos, casi el 70 por ciento del total. Las regiones costeras son las preferidas: Baleares, Canarias y Comunidad Valenciana están a la cabeza en transacciones por parte de extranjeros.

Publicidad

Imagen de una playa de Australia

¿Quieres ser probador de playas? Se ofrecen 1.000 euros por probar una paradisiaca costa en Australia

¿Te imaginas que te paguen por probar una playa? Es la oferta que se puede ver estos días en el portal Infojobs y que supera ya los 16.000 inscritos.

Turismo europeo

Las nuevas trabas al turismo en EEUU abren las puertas a otros destinos internacionales

España y otros países europeos están advirtiendo a sus ciudadanos de los problemas que se pueden encontrar en la frontera de Estados Unidos con las nuevas normas que está imponiendo Donald Trump. Algunos viajeros ya han sido devueltos a su país o retenidos durante días porque las autoridades norteamericanas no creían que fueran turistas.