La calificadora estadounidense Fitch anticipó la posibilidad de revisar a la baja la solvencia crediticia de la Generalitat de Cataluña debido a las últimas tensiones políticas con el Gobierno español. Fitch mantiene el grado BB para la deuda a largo plazo de la Generalitat, en el nivel especulativo y con un riesgo crediticio de elevada vulnerabilidad, pero ha anunciado que está vigilando de cerca la nota con una potencial revisión negativa.
En un comunicado, la calificadora, con sede en Nueva York y Londres, sostiene que la posible revisión negativa se aplica tanto a la deuda de la Generalitat como a la del Instituto Catalán de Finanzas. La calificadora recuerda que en casos como éste la revisión se hace teniendo en cuenta "situaciones en las que hay un cambio sustancial en la solvencia del emisor y es inapropiado esperar hasta la próxima fecha de revisión programada".
"En este caso -agrega- la de desviación (sobre lo programado) está motivado por la reciente giro en las tensiones políticas entre el Gobierno central y Cataluña, que probablemente empeoren a corto plazo". "Esto puede dar lugar a acontecimientos imprevisibles, incluida una posible interrupción en el flujo de los fondos de liquidez del Estado a Cataluña", aunque Fitch asegura que ése no es el "todavía el escenario base". Todo ello a partir de la última consulta independentista, "que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional".
"Fitch percibe niveles de incertidumbre sin precedentes, incluyendo la posibilidad de una declaración unilateral de independencia de Cataluña eventualmente seguida de una intervención del Gobierno central", agrega el comunicado. La agencia calificadora espera resolver esta situación en los próximos seis meses, dependiendo del desarrollo de las relaciones entre el Gobierno regional y el central, y especialmente cómo afecta el apoyo de Madrid a la liquidez de Barcelona.
"Un debilitamiento en esta liquidez podría desatar una rebaja en varios escalones", advierte la calificadora. La decisión anunciada es parecida a la que dio a conocer el miércoles otra calificadora más importante, Standard & Poors, también por las tensiones políticas entre Madrid y Barcelona.