Lo ha podido decir más alto, pero desde luego no más claro. A sólo unas horas para que cumpla el plazo dado por el Gobierno a sindicatos y patronal para lograr algún acuerdo en materia de reforma laboral, Cándido Méndez demuestra, con sus declaraciones, que el acuerdo está muy difícil.
En declaraciones a una emisora de radio, Méndez ha dicho que los sindicatos aceptarán la moderación salarial para superar la crisis, pero no la congelación. Matiza, además, que la decisión del gobierno de aumentar las retenciones del IRPF son una "dificultad añadida" en las negociaciones con la patronal.
Méndez ha precisado que esa moderación pasaría por que los salarios crecieran por debajo de la inflación, y ha pedido a las empresas, especialmente las pymes, que tengan mecanismos alternativos al despido. No obstante, ha subrayado que no se trataría de un "mini job", ya que los trabajadores tendrían derecho a pensión o prestación por paro, y tampoco sería una "condena eterna", sino un procedimiento "reversible" aplicable en una situación excepcional.
Por último, respecto a las negociaciones sobre la reforma laboral, el secretario general de UGT ha manifestado sus dudas sobre si el escenario en el que se iniciaron las negociaciones es todavía válido o ha cambiado, algo que el gobierno debe aclarar.