'Casas termo', una nueva manera de ahorrar en energía tanto en calefacción como en aire acondicionado

En verano son frescas y en invierno calientes. Las 'casas termo' o 'casas pasivas' son viviendas capaces de calentarse y refrigerarse con muy poco consumo energético, lo que permite un importante ahorro, "de entre 2500 y 3000 euros al año", según Julio Muñoz, responsable del proyecto de construcción de estas casas en Valladolid.

Entramos en una de estas viviendas. Su propietaria, Cristina Herguedas, señala que es feliz residiendo en una casa "de cero emisiones" a la atmósfera. La aerotermia permite que el consumo sea muy pequeño. "Quitando los impuestos, estamos pagando 40 euros al mes de electricidad para toda la casa, con calefacción, agua caliente y todos los electrodomésticos", explica Herguedas. La temperatura se mantiene estable durante todo el año y el aire se renueva constantemente. "Es como si estuviera ventilando la casa 24 horas al día", señala.

Teresa compró una de estas casas en el barrio 'El Peral' de Valladolid hace cuatro años. "Para mí es muy importante el silencio. La diferencia con respecto a cualquier otro tipo de vivienda es el confort que sientes con la temperatura tanto en verano como en invierno", insiste.

Las claves de las casas pasivas

Para Alberto López Merino, el arquitecto, las claves son "un aislamiento reforzado y continuo, las ventanas de altas prestaciones y la ventilación mecánica con recuperación de calor. Es decir, en mi casa entra todo el aire que necesito para vivir y ese aire entra precalentado o preenfriado". Estas edificaciones se construyen teniendo en cuenta la orientación y las condiciones climáticas del entorno. "Que sea el diseño, la orientación y el soleamiento y el calor generado por la vida los que calienten las casa", añade.

Su demanda no deja de crecer, según Julio Muñoz. "Las promociones que tenemos en marcha están prácticamente vendidas" y añade que la gente busca una vivienda nueva "con una gran eficiencia energética", algo con lo que cuentan estas casas. "Estamos en el barrio más ecológico de Valladolid y de Castilla y León", sentencia.

El tamaño de los mejillones disminuye cada vez más: "Cuesta encontrar de los de antes, pero la calidad no merma"