Informe de Oxfam Intermón
Casi tres millones de trabajadores se encuentran en el umbral de la pobreza: "Me gasto más de la mitad de lo que gano"
En España para muchas personas tener trabajo no es suficiente para llegar a fin de mes. Es lo que se conoce como pobreza laboral y afecta a tres millones de trabajadores en España. Casi un 14% tiene empleo pero no puede cubrir sus necesidades básicas. Los más vulnerables son los inmigrantes, las trabajadoras del hogar, las familias numerosas y las monoparentales.
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Españoles como Nuria, que asegura que no tiene "nada para comer" es un ejemplo de los datos de pobreza en España. Con 67 años y una pensión baja, tiene que venir aquí a esta ONG para poder comer. Tampoco llega Beatriz, ella trabajaba y ahora busca un empleo. Se ha gastado todos los ahorros, hoy es la primera vez que viene a un comedor social
Esperanza, vino de Nicaragua para ganarse la vida. Trabaja como empleada del hogar, ganas menos de mil euros. "Estoy trabajando pero no llego a fin de mes", asegura. En Barcelona, en una ONG, hemos conocido a Siham. Ella trabaja como auxiliar administrativo, su marido también trabaja. Pero a pesar de que en su casa entran dos nóminas, acude a la ong porque tampoco llega a fin de mes con sus tres hijos. "Es que todo sube, el alquiler, la cesta de la compra".
Casi tres millones de personas trabajadoras se encuentran en situación de pobreza en España, según un informe de Oxfam Intermón. La tasa de pobreza laboral en España es del 13,7 %, cifra que se duplica entre personas migrantes (29,5 %).
Oxfam Intermón ha publica un nuevo informe, Pobreza laboral: cuando trabajar no es suficiente para llegar a fin de mes, en el que analiza esta alarmante realidad que afecta a casi tres millones de personas (2.957.000), pese a los avances en materia de empleo en los últimos años: subida del SMI, reforma laboral, cifras históricas de empleo y una tasa de paro que ha descendido a su nivel más bajo desde 2008.
"Nos encontramos ante una desconcertante paradoja: hay muchas personas que se esfuerzan cada mañana en ir a trabajar y, sin embargo, esto ya no les garantiza salir de la pobreza", afirma Alejandro García-Gil, responsable de políticas de protección social y empleo de Oxfam Intermón.
Pobreza laboral, por sectores
El informe revela que los sectores más golpeados por la pobreza laboral son la agricultura y el trabajo de hogar, donde tres de cada diez personas trabajadoras viven en pobreza a pesar de tener un empleo. Sectores como la hostelería y la construcción también enfrentan este problema, afectando a dos de cada diez personas empleadas. Transversal a todos los sectores de actividad hay otro problema del mercado laboral: una de cada cuatro personas trabajadoras autónomas y de las empleadas a tiempo parcial también se encuentra en pobreza laboral.
El empleo a tiempo parcial o el autoempleo condenan a la pobreza a una de cada cuatro personas trabajadoras en estas modalidades.
Además, los hogares en situación de pobreza laboral destinan entre el 67% y el 79% de sus ingresos al pago de la vivienda y los servicios básicos.
Trabajadores como Ricardo, con jornadas que tienen que ser interminables para pagar un alquiler, que se come buena parte del sueldo. Él es rider, gana unos mil euros mensuales, y de alquiler paga unos 500. LLega a fin de mes, pero dice que compañeros suyos con hijos no pueden.
A pesar de la creación de empleo, el sistema productivo y el modelo económico español siguen generando puestos de trabajo de baja calidad. La consecuencia es clara, según el informe de Oxfam Intermón: tener un empleo ya no garantiza llegar a fin de mes en condiciones dignas. Además, el encarecimiento de la vivienda y de los servicios básicos ha agravado aún más el problema. Los hogares en situación de pobreza laboral destinan entre el 67% y el 79% de sus ingresos al pago de la vivienda y los servicios básicos.
54% abandona los estudios por falta de recursos
Por otro lado, seis de cada diez personas en pobreza laboral habrían querido continuar sus estudios, pero el 54% se vio obligado a abandonarlos por falta de recursos o por la necesidad de trabajar para subsistir. Este ciclo perpetúa la desigualdad, ya que quienes no acceden a una educación superior tienen más probabilidades de conseguir empleos precarios y mal remunerados.
La pobreza laboral tiene efectos devastadores y más profundos. “Además de las implicaciones económicas, la pobreza laboral también deja una importante huella emocional: estas personas se ven obligadas a vivir para trabajar y no a trabajar para vivir; tienen que dedicar íntegramente sus sueldos a gastos básicos renunciando a cualquier forma de ocio y disfrute del tiempo libre, lo que impacta fuertemente en su salud mental. Vemos el agotamiento y la desesperanza de quienes, a pesar de tener empleo, no pueden avanzar económicamente ni disfrutar de una vida digna”, afirma García-Gil.
"No basta con crear empleo: es necesario garantizar que éste sea de calidad y que permita a las personas vivir con dignidad. Para muchos hogares, un salario no es suficiente si no viene acompañado de condiciones laborales justas, el acceso a una vivienda digna y un sistema de protección social robusto que les permita salir adelante. Detrás de cada cifra hay una historia de lucha y sacrificio. En un país que crece económicamente, es importante que este crecimiento se traduzca en mejores condiciones de vida para todas las personas", concluye García-Gil.
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