Eurovegas, el polémico proyecto que el estadounidense Sheldon Adelson pretende construir en Madrid para atraer millones de visitas al año, podría ser un revulsivo para el sector español de los casinos.
Al menos eso creen las empresas del ocio. Las condiciones que Adelson supuestamente ha impuesto a su inversión -rebajar sustancialmente la tasa de juego, modificar la ley del tabaco o cambiar la legislación laboral entre otros aspectos que no han sido concretados oficialmente-, serían extensibles al resto de los operadores españoles, beneficiando, al menos, a los que no están en su radio directo de influencia.
Además de sufrir como otros sectores la depresión económica, en el sector del juego en los últimos años con el endurecimiento de la ley antitabaco en 2011 y la irrupción del negocio en Internet, que hasta mediados del año pasado campaba en la ilegalidad perjudicando a los operadores tradicionales.