Tripulantes de cabina

Un centenar de tripulantes de cabina desfilan por la Gran Vía madrileña

La compañía española Iberia ha querido celebrar el día internacional de tripulantes de cabina y ha reunido a alrededor de 100 azafatas y azafatos de vuelo en pleno centro de Madrid.

Un centenar de tripulantes de Iberia celebran en la Gran Vía de Madrid el Día Internacional de los TCPs

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El día 31 de mayo se celebra el día internacional de los tripulantes de cabina. La compañía española Iberia ha querido celebrarlo, y ha reunido a alrededor de 100 azafatas y azafatos de vuelo en pleno centro de Madrid. Han desfilado por la calle con su uniforme ante el asombro de todos los que pasaban por allí. Después, han compartido historias, anécdotas y experiencias personales y de vuelo. Hemos conocido algunas de ellas:

Marc, un ejemplo de superación

Marc Navarro tenía dieciocho años cuando le diagnosticaron una enfermedad renal con pronóstico grave. Era 2007, acababa de empezar la carrera en la Universidad. En 2014, su madre le donó un riñón, pero no todo salió tan bien como esperaban: estuvo doce días en coma y veinticuatro en la UCI. Después, gracias a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) recibió un riñón de un donante anónimo. Esto fue su salvación.

Cuando se recuperó, decidió dejar su trabajo de ingeniero para dedicarse al mundo de la aviación como tripulante de cabina. Necesitaba algo que le hiciera realmente feliz, y lo encontró en las alturas y dentro de un avión.

Patricia y Aitor: una pareja de altura

Se conocieron el 4 de julio de 2022 en el aeropuerto Madrid Barajas. Los dos trabajaban como tripulantes de cabina y en un vuelo Madrid-Barcelona, el primero que operaron juntos, sus caminos se cruzaban para siempre.

Mañana día1 de junio de 2024 se casan, y como no podía ser de otra forma, celebran su boda en un aeropuerto.

Estar en el aire para ellos, es felicidad. Comparten un sueño y disfrutan de su trabajo juntos. Han tenido la suerte de volar a diferentes lugares del mundo como Punta Cana, Orlando, El Salvador, Cancún o Roma. Su sueño, ese viaje a Tokio que seguro, dentro de poco se cumple.

Carlos y Charo, dos veteranos de la aviación

Carlos trabajaba vendiendo billetes de avión, y veía cada día pasar a los tripulantes. Pensó que él también quería ser uno de ellos. Hizo los exámenes que necesitaba para acceder al puesto, y lo consiguió: pasó los siguientes 37 años de su vida volando. Carlos recuerda como era hace 50 años el mundo de la aviación, los vuelos de antes “no tienen nada que ver con los actuales”.

Charo tiene ahora 86 años. Desde pequeña quería ser azafata, y su sueño se hizo realidad. Ejerció 31 años de su vida como azafata de vuelo. Dice que este trabajo tiene que ser vocacional y tiene que gustarte mucho “porque es una profesión muy dura”, añade Carlos. Muchos días fuera de casa, a la otra punta del mundo, y lejos de la familia.

Entre sus mejores experiencias a bordo, ver las auroras boreales estando un poco más cerca de ellas.

Manuela, parte de la tripulación que trajo a España a las campeonas del mundo de fútbol

Manuela es sobrecargo de largo radio. Tenía un viaje programado a Miami cuando recibió una llamada de su jefe ofreciéndole ir a Sídney para operar un vuelo desde esta ciudad australiana hasta Madrid. No era un viaje cualquiera: en ese avión volvía a casa la selección española de fútbol, recién proclamada campeona del mundo. Manuela recuerda esta experiencia a bordo como una de las más especiales de toda una vida dedicada a la aviación.

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