Juanma tiene cuatro meses y ya está empejando a completar su curriculum. ¡Hola Juanma, vamos a jugar! es lo que le dice Lei, su cuidadora china. Ella es ingeniera y está en Madrid haciendo un master. Por las mañanas trabaja de canguro para aprender español, sacarse un dinero extra y conocer mejor nuestra cultura.
El padre del pequeño, Juan Mariano Martínez, explica que su mujer y él trabajan y al finalizar la baja de maternidad necesitaban a alguien que cuidara de su hijo. Pensaron que una cuidadora china sería una buena opción. Igual que ellos cada vez más padres quieren un extra en la educación de sus hijos. Hablar inglés ya se da por descontado. La moda ahora es el Chino.
En casa de Iona también han apostado por el mandarín. Sus padres contrataron hace seis meses a una compañera de juegos nativa en chino. La niña tiene un año y es capaz de comprender lo que le dice su cuidadora. A estas edades aprender jugando es la clave aseguran desde la empresa Enjoy Mandarin una de las agencias que ofrecen Au pair del país asiático. Raquel rubio, una de las ocias de la agencia cuenta que en lugar de llevar a los niños a clases ellas apuestan por la idea de "las compañeras de juego". Son chicas, la mayoría universitarias, que cuidan de los niños, juegan con ellos, los bañas, les dan la comida y todo en chino.
Junto a Xiao Juan, su socia en esta aventura, Raquel ofrece canguros chinas por unos 8 euros la hora. Sus clientes más jóvenes recien nacidos. Matías con dos años y medio entiende todo y empieza a decir sus primeras palabras en mandarín.
En una década puede que China se convierta en la primera potencia mundial y no hay tiempo que perder para aprender el idioma.