Las grandes economías del mundo han pedido la retirada de los aranceles al acero y el aluminio impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que rechazan por su grave impacto en el comercio internacional. Aunque este viernes la Unión Europea, al igual que algunas capitales, ha mantenido la cautela y evitado la colisión frontal, la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, advirtió de que "la primera opción de la UE siempre es el diálogo pero, llegados a la situación, responderemos".
No obstante, remitió a su reunión mañana con el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer, al asegurar que "la Unión Europea (UE) no tomará ninguna decisión hasta que nos confirmen que no estamos excluidos de los nuevos aranceles". Malmström aseguró que la UE tardaría un máximo de 90 días en actuar tras la entrada en vigor de los aranceles estadounidenses. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, lamentó la decisión al tiempo que advirtió de que el bloque comunitario "responderá" para proteger a su industria.
China pidió ya este viernes a Estados Unidos que retire "lo antes posible" esos nuevos aranceles, pues alertó de que tendrán un "grave impacto" sobre el comercio internacional. Para el director del departamento de investigación comercial del Ministerio chino de Comercio, Wang Hejun, la decisión atenta contra el orden comercial de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En Tokio, el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Taro Kono, calificó hoy de "lamentables" esas medidas arancelarias y advirtió de que "puede afectar mucho la cooperación económica entre Japón y EEUU".
"Una guerra comercial sólo tendrá perdedores"
También el Gobierno surcoreano se sumó con sus quejas y lamentó la decisión de Trump, a quien anticipó que sopesa acudir a la OMC. "Lamentamos la decisión de EEUU de imponer aranceles sobre las importaciones de acero pese a que nuestro Gobierno ha señalado a través de distintos canales los problemas que acarrea esta acción", dijo el Ministro de Comercio surcoreano, Paik Un-gyu, en una reunión con el sector local del acero.
La ministra alemana de Economía, Brigitte Zypries, aseguró que Berlín acordará con la Comisión Europea una respuesta "sensata, pero clara" a los aranceles al acero y al aluminio estadounidenses y advirtió a su presidente, Donald Trump, de que está aislando a su país. "Es un proteccionismo que ofende a estrechos aliados, como la UE y Alemania, y que limita el libre comercio", denunció la titular de Economía. También el Gobierno francés protestó anoche la decisión.
"Francia lamenta los anuncios de @realDonaldTrump sobre las tarifas al aluminio y el acero", dijo en Twitter el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, quien consideró que "una guerra comercial solo tendrá perdedores". Sólo el Gobierno canadiense aplaudió hoy la decisión de Estados Unidos al excluir a su país pero precisó que "hay más trabajo por hacer". El otro socio comercial norteamericano, México, reiteró que la negociación del Tratado de Libre Comercio para América Norte (TLCAN) no debe estar sujeta a condicionamientos.
La Secretaría de Economía de México señaló que el proceso de negociaciones para la modernización del TLCAN "sigue su curso de manera independiente a ésta o cualquier medida de política interna que tome el Gobierno de Estados Unidos". Desde Brasil, su Ejecutivo reiteró la "gran preocupación" que causa la decisión de Estados Unidos y anunció que "recurrirá a todas las acciones" para preservar sus intereses.
Esa medida provocará "graves perjuicios" a las exportaciones brasileñas, "ampliamente" favorables a EEUU, según el comunicado conjunto de la cancillería brasileña y del Ministerio de Industria y Comercio. Por su parte la patronal europea del acero, Eurofer, calificó hoy de "absurda" la decisión del Gobierno estadounidense con el pretexto de la seguridad nacional y abogó por una repuesta comunitaria. Eurofer subrayó que la medida es "perjudicial y contraproducente tanto para Estados Unidos como para la UE".