Presupuestos

Las consecuencias de no aprobar unos Presupuestos Generales para 2025: "Necesitamos que estén adaptados al mundo actual"

La marcha atrás del Gobierno para debatir en el Parlamento el techo de Gasto al no encontrar apoyos suficientes pone sobre la mesa la posibilidad de no poder aprobar tampoco unos Presupuestos específicos para 2025. Si fuera así, se prorrogarían los actuales, que son ya prórroga de los de 2023. Eso, dicen los expertos, es una mala noticia porque supone manejar unas cuentas públicas para un país que ya no existe.

El Congreso vuelve a examinar el jueves la senda de déficit sin que estén asegurados los apoyos suficientes

Publicidad

Unos Presupuestos Generales del Estado no son otra cosa más que la previsión que hace un gobierno sobre lo que ingresará y gastará el sector público el año siguiente, y todo esto basado en lo que necesita en ese momento la economía de ese país. Si las matemáticas parlamentarias no cambian, todo apunta a que en 2025 las cuentas del Estado serán las mismas que se aprobaron en 2023 y que posteriormente se prorrogaron para este 2024.

Pero en 2023 no había ni la misma inflación que ahora, ni el PIB de España crecía al mismo ritmo, ni teníamos la misma tasa de paro que en la actualidad, ni los datos de déficit y deuda pública son los mismo que entonces. "Necesitamos unos presupuestos que estén adaptados al mundo actual, que es muy distinto al que prevalecía en el momento de la adopción de los presupuestos de 2023". Lo dice Raymond Torres, Director de Coyuntura de FUNCAS.

Primera consecuencia sería para las Comunidades Autónomas

La primera consecuencia que podría tener no aprobar unas nuevas cuentas la pagarían Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. El Gobierno, como forma de presión, recuerda que no aprobar su propuesta de techo de gasto -que es el paso previo a los nuevos presupuestos- supondría volver a los planteamientos de hace dos años, y por lo tanto, las entidades autonómicas y locales se quedarían sin el balón de oxígeno de 12.000 millones de euros de más de gasto que está contemplado en la actual propuesta.

Si finalmente se llegan a presentar unas nuevas cuentas para 2025, volverían las dudas sobre los apoyos parlamentarios con los que contaría el Ejecutivo. Todo apunta a que se rechazarían los Presupuestos Generales del Estado con los votos en contra de PP, VOX y Junts, tal como sucedió con la anterior propuesta de techo de gasto.

Eso abocaría automáticamente, como exige la Constitución Española, a volver a prorrogar las cuentas públicas y a tratar de hacer difíciles equilibrios presupuestarios el año que viene. "Es preocupante", añade José Emilio Bosca, investigador de FEDEA "porque el gobierno a lo mejor podrá gastar menos de lo que desearía en un momento dado para determinadas partidas".

En efecto, en teoría, el Gobierno tendría que ajustar sus ingresos y gastos a lo que dictan las cuentas de 2023. Aunque siempre existe la posibilidad de presentar iniciativas en el Parlamento para incrementar esos ingresos (por ejemplo, creando nuevos impuestos o modificando los actuales) o aumentar los gastos preestablecidos. Aunque para todo ello tendría que contar con apoyos suficientes en las Cortes Generales, algo que a día de hoy parece bastante improbable.

Posible retraso de fondos europeos

Otra consecuencia de la falta de unos Presupuestos específicos, nos recuerdan los expertos, es la posibilidad que se retrase la llegada de fondos europeos que estén sujetos a condiciones que, con las cuentas prorrogadas, no se cumplen.

Una posibilidad que los empresarios españoles tampoco ven con buenos ojos. Las decisiones económicas de las compañías, las contrataciones y las inversiones están determinadas en gran medida por la seguridad jurídica, y unos presupuestos inadecuados, prorrogados y posiblemente modificados sobre la marcha no generan esa seguridad que demanda la patronal.

En cuanto a las pensiones, lo no aprobación de Presupuestos no afectaría a su cuantía porque ya existen criterios específicos que reconocen su revalorización automática en función del IPC.

En conclusión, los gastos y los ingresos públicos en 2025 podrían no verse tan afectados por una segunda prórroga de los presupuestos como se puede suponer inicialmente, pero no serían -ni mucho menos- las cuentas que necesita la economía de un país como España.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com

Publicidad