Ante el pacto político urgente que se perfila y la moratoria anunciada por la banca a los desahucios para casos de "extrema necesidad", las organizaciones de consumidores plantean que es necesario definir con puntos y comas todos los conceptos para evitar, dicen, ambigüedades.
"Hay que detallar y cuantificar muy bien qué es una insolvencia sobrevenida y qué es un caso de extrema necesidad, porque la línea entre salvar a una familia de un desahucio o prorrogar un alquiler social es muy estrecha", afirma Ileana Izverniceanu desde la Organización de Consumidores y Usuarios.
Hoy, María, con un menor a su cargo, y María Luisa, con una hija dependiente y fecha de desahucio en treinta días, han acudido a sus bancos para argumentar por qué sus casos son "extremos".
Las asociaciones de consumidores piden que se amplíen los límites. En definitiva, que el sector financiero suba el baremo que permita a más hogares entrar dentro del código de buenas prácticas. "No se puede llegar al extremo de hablar de casos de extrema necesidad, planteando que es alguien que no tiene ni un céntimo, que no ingresa prácticamente nada. Hay que partir también de una realidad económica como la que vivimos hoy de carestía de la vida, de crisis, de dificultades que atraviesan multitud de familias", afirma Rubén Sánchez desde FACUA-Consumidores en Acción.
Mientras, el drama de los desahucios continúa para familias como la que ayer mostraba el 'New York Times' en un reportaje sobre la situación de los desahucios en nuestro país. Los protagonistas son un matrimonio de jubilados sevillanos y sus hijas que esta mañana en 'Espejo Público' relataban sus tres desahucios en tres años.