Si un correo electrónico tiene estas 2 palabras, es posible que sea una estafa

El auge de la digitalización ha traído múltiples ventajas, pero también ha facilitado el crecimiento de la cibercriminalidad. En 2023, se registraron más de 742.000 casos de delitos informáticos, lo que representa un incremento del 26% respecto al anterior año. Entre todos los fraudes más comunes se encuentran las estafas a través del correo electrónico. Estas, pueden adoptar diversas formas, desde falsas alertas bancarias hasta supuestas donaciones benéficas.

En este sentido, los estafadores suelen aprovechar situaciones de emergencia o eventos trágicos para persuadir a las víctimas. Un claro ejemplo fue el intento de fraude tras los incendios forestales que arrasaron gran parte de Los Ángeles, donde los delincuentes se hicieron pasar por organizaciones benéficas para solicitar donaciones falsas.

Las palabras clave que alertan sobre una estafa

El FBI ha identificado que la mayoría de estos correos fraudulentos, comparten un patrón o elemento en común: general un sentido de urgencia y alerta en la víctima que va a ser estafada para evitar que analice la situación con calma. Para lograrlo, los estafadores incluyen expresiones como “act fast” (actúa rápido) o similares. Palabras que incitan a tomar decisiones impulsivas.

Este tipo de mensajes pueden presentarse en distintos contextos:

- Correos que informan sobre un supuesto problema con tu cuenta bancaria y exigen una solución inmediata.

- Promociones falsas que ofrecen premios, pero requieren una acción urgente para reclamarlos.

- Peticiones de donaciones ante crisis humanitarias, apelando a la buena voluntad de la gente.

¿Cómo evitar caer en la trampa?

Si bien los correos fraudulentos pueden ser convincentes, hay formas de detectar la estafa y protegerse:

-No hacer clic en enlaces sospechosos: si un correo parece dudoso, lo mejor es no interactuar con los enlaces o archivos adjuntos.

-Verificar la fuente: antes de realizar una acción, se recomienda buscar información en fuentes oficiales.

-No proporcionar información personal: ninguna entidad confiable solicitará contraseñas o datos bancarios por correo.

-Revisar la ortografía y el remitente: muchas estafas contienen errores gramaticales o direcciones de correo ligeramente alteradas.

-No responder a solicitudes de ayuda económica de desconocidos: ya sea en redes sociales, correos electrónicos o mensajes de texto, hay que desconfiar de cualquier petición no verificada.

La mejor defensa contra el fraude es la información y la precaución. Si un correo te exige actuar con urgencia y sin pensarlo, desconfía. Antes de hacer clic en un enlace o compartir información personal, tómate el tiempo necesario para verificar la autenticidad del mensaje y recuerda que la prisa es el mejor aliado de los estafadores

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