Hacer turismo y no dejar a tu perro en casa es cada vez una opción más accesible; crecen los hoteles 'pet friendly', que además de aceptar a estos animales les ofrecen servicios específicos como cama, comida y juguetes. Chucherías, un bebedero, un recipiente con comida de alta gama, una cama (y juguetes de emergencia para los dueños despistados) es la bienvenida que la cadena Petit Palace da a los perros turistas en sus 22 hoteles de Madrid, una apuesta que hizo al nacer, hace 15 años y que ahora es uno de los valores que le permiten distinguirse.
Diana Hernández, responsable de la línea de mascotas de la cadena, explica que en 2014 quitaron la limitación de peso que tenían hasta entonces porque entendieron que "la mascota es una parte importante de la familia" y desde entonces reciben canes de todo tamaño y pelaje (además de gatos y otras mascotas viajeras). Petit Palace, que tiene 31 establecimientos en toda España, forma parte del listado, corto pero en aumento, de alojamientos que atienden las necesidades de estos huéspedes de cuatro patas, según explica Alberto Calcerrada, portavoz de Trivago en España.
Estos establecimientos buscan "una forma de especializarse y cubrir la necesidad de un nicho concreto de mercado" pero son todavía "pocos", aunque crecen los hoteles que aceptan mascotas y esto deja de ser algo propio de casas rurales y destinos de interior para extenderse a ciudades y costas, detalla Calcerrada.
También observa un aumento de este tipo de establecimientos Micaela de la Maza, que desde hace cinco años está al frente de srperro.com, una web que agrupa los espacios de ocio donde los canes están permitidos y que explica que en los últimos años han crecido los hoteles que, además de permitir el acceso de estas mascotas, les ofrecen servicios especializados. Ofrecer una cama, comida y bebedero no cuesta mucho a los alojamientos y el dueño del perro lo agradece mucho, añade.
Son sobre todo las personas que viajan solas quienes no renuncian a la compañía de sus perros, aunque en menor medida también hay parejas en el perfil de viajeros que eligen este servicio, indican desde el comparador de hoteles Trivago. Para Diana Hernández, el cliente con mascota que acude a su establecimiento es "muy fiel", reserva con antelación y es "exigente" con los servicios; son huéspedes "no sensibles al precio" que le dan prioridad al bienestar de su mascota, añade.
Por su parte, de la Maza, al frente de srperro.com, considera que los hoteles se han adaptado a "un público objetivo muy grande" de dueños que quieren viajar con sus perros, un horizonte que antes era "complicadísimo" y que ahora se ha simplificado "un poco", pero con peros; no todos los dueños tienen las mismas oportunidades. Para los propietarios de perros grandes encontrar alojamiento es una tarea compleja, pues muchos de los hoteles que se definen como 'pet friendly' incluyen restricciones por peso y sólo admiten a los que pesan entre 5 y 7 kilos, por lo que De la Maza recomienda mirar bien la letra pequeña antes de reservar.
Crecen las opciones, pero la mayoría de alojamientos sigue sin permitir mascotas, indica Calcerrada, algo que corrobora De la Maza que destaca que, si buscar alojamiento en temporada alta ya es complicado, para quienes viajan junto a su can es "doblemente" difícil. Entre las razones que esgrimen los hoteles para vetar a los animales están el ruido (tienen miedo de ladridos y maullidos), que el pelo de las mascotas afecte a la higiene de las estancias o carecer de espacio, detalla el portavoz de Trivago, quien añade que en ocasiones los hoteles sólo se reservan el derecho de admisión en el caso de mascotas comunes. "En algunas ocasiones es más sencillo alojarse con un camaleón que con un perro o un gato", apostilla.
Desde Petit Palace creen que poco a poco desaparecen los prejuicios. En el caso de su cadena existen unas habitaciones específicas para los viajeros que llevan animales, con unos protocolos de higiene específicos, y no se reservan al resto de clientes para evitar problemas de limpieza o alergia. Por lo demás, los perros sólo tienen un espacio vedado, el bufé de desayuno, una cuestión práctica y de "respeto" aunque los huéspedes de cuatro patas no dan más problemas que otros visitantes, "no son diferentes al resto de clientes"; la responsabilidad de su comportamiento siempre recae en el dueño.
De la Maza insiste en que quienes quieren viajar con su mascota no renuncian a buscar opciones y en que son un mercado en expansión "con poder adquisitivo", una impresión que comparten en Petit Palace donde perciben que los 'millenials', que comienzan a viajar, necesitan hacerlo con su mascota, "una tendencia que va crecer mucho más".