¿Cuál es el sistema de calefacción más barato para este 2022?

Llega el invierno y las casas empiezan a calentarse como cada año. Con el frío aumentan los planes de peli y manta, y las tardes en el sofá se alargan una vez más. Pero este año con una diferencia, ahora gastaremos el doble cuando encendamos la calefacción. Por eso, pensando en el bolsillo, son muchos los que se plantean otras alternativas para calentar su hogar, buscando que sean lo más baratas posible.

Según un estudio elaborado por la OCU, los más afortunados este año son aquellos que tienen bomba de calor en casa, ya que es el sistema de calefacción más económico, con un gasto de aproximadamente 455€ al año en una vivienda media de 90m2. Pero en caso de que contemos con otro sistema y queramos cambiar a las bombas de aire debemos tener en cuenta la inversión inicial es bastante elevada, y que se debe poder instalar una unidad en el exterior de la vivienda.

En el ránking como segunda opción encontramos la estufa de pellets, una opción sostenible con una factura anual de media de 545€. Su principal inconveniente es su mantenimiento, así como la necesidad de tener bastante espacio, no solo para el aparto sino también para almacenar los sacos de pellets.

La caldera de gas, el sistema más habitual en España

Si nuestro sistema de calefacción es por caldera este invierno notaremos la diferencia en nuestras facturas. En el caso del gas natural las de todo el año sumarán de media 683€. El 35% de los hogares españoles calientan el agua mediante este sistema, sin embargo, tiene un coste de instalación elevado, y emite Co2.

En el caso de tener una caldera de gasóleo el gasto es aún mayor, pasando los 800 euros de media al año. Además, son más contaminantes que las de gas y requieren de un depósito donde almacenar el combustible.

¿Cuál es el sistema de calefacción más caro?

Por su parte, los sistemas eléctricos convencionales como los radiadores, las estufas o los calefactores tienen una inversión inicial muy baja pero un consumo eléctrico muy elevado. Se trata de las tecnologías de calefacción más caras (sin tener en cuenta la bomba de aire).

Si mientras disfrutamos de una película tenemos nuestro aparato enchufado y encendido sumaremos directamente 92 céntimos a nuestra factura, un gasto que de manera aislada parece insignificante, pero si se hace un uso recurrente podría aumentar en más de 2 mil euros anuales nuestra factura de la luz, según preciogas.com.

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