El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha descartado la posibilidad de subir tipos este año, mientras ha reconocido la preocupación existente en el seno del Consejo de Gobierno de la entidad por el impacto de la volatilidad del mercado de divisas en la política monetaria, señalando que una parte de la reciente revalorización del euro refleja factores "exógenos", como las declaraciones del secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, en favor de un dólar débil.
De hecho, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que mantuvo sin cambios los tipos de interés en el 0%, así como la duración de sus medidas de estímulo, Draghi ha reconocido que la reciente volatilidad del cambio de moneda representa "una fuente de incertidumbre" que requiere de vigilancia ante las posibles implicaciones que puede llegar a tener sobre la política monetaria de la zona euro.
"Varios miembros del Consejo de Gobierno han mostrado su preocupación al respecto, no solo en lo que se refiere al mercado de divisas, sino de manera más amplia a las relaciones internacionales actualmente", dijo Draghi al ser preguntado por el impacto de las declaraciones de Mnuchin en el Foro Económico Mundial. En este sentido, el banquero italiano indicó que si esta situación llegara a provocar un endurecimiento no deseado de la política monetaria del BCE, la institución podría "replantearse su estrategia".
Sin acusar directamente a EEUU, pero en respuesta a las numerosas preguntas sobre las palabras del secretario del Tesoro estadounidense, el presidente del BCE recordó el compromiso adquirido el pasado mes de abril en el seno del Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC), el ente que asesora a la junta de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), para "abstenerse de usar la política monetaria para influir en el cambio de divisas con fines competitivos".
Sin embargo, Mario Draghi explicó que los recientes movimientos del tipo de cambio responden en parte a factores "endógenos" como la fortaleza de la expansión económica de la zona euro, aunque lamentó que también "reflejan factores exógenos en respuesta a la comunicación, no por parte del BCE, sino de alguien más", en una clara alusión a las palabras de Mnuchin.
En cuanto a la senda prevista para la política monetaria del BCE, el banquero italiano ha subrayado que, en función de los datos disponibles, "hay pocas opciones de que los tipos de interés suban en 2018", añadiendo que el Consejo de Gobierno no ha comenzado aún realmente el debate sobre sus directrices.
"Realmente han cambiado pocas cosas desde el pasado mes de octubre", señaló Draghi, subrayando la importancia de "no cantar victoria todavía", así como en la necesidad de distinguir entre una interrupción brusca del programa de compras, la ampliación del mismo o la retirada gradual (tapering) del QE.
En cuanto a la macroeconomía de la eurozona, el presidente del BCE ha expresado su confianza en que el robusto ritmo de expansión de la región puede llegar a ofrecer "sorpresas positivas", mientras que las aún débiles presiones de precios aún no han mostrado signos convincentes de subida sostenida, aunque el banquero italiano confía en que la inflación subyacente subirá de manera gradual en el medio plazo.