El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, considera que la recuperación en curso en la zona euro, aunque débil, muestra algunos signos alentadores que invitan a pensar que la región se encuentra ahora en una situación similar a la de EEUU hace año y medio.
"Otro signo positivo es que la recuperación, que originalmente estuvo liderada por las exportaciones, ahora se está extendiendo gradual y lentamente a la demanda doméstica", señala el banquero italiano en una entrevista concedida al diario suizo 'Neue Zürcher Zeitung'.
"Nos encontramos ahora en una fase como en la que estaba EEUU hace año y medio", afirma Draghi, quie,sin embargo, reitera su llamamiento a la cautela por el carácter "débil e irregular" de esta recuperación, cuyos riesgos continúan apuntando a la baja.
En este sentido, el presidente del BCE subraya que los países no deben desistir en sus esfuerzos de consolidación de las cuentas públicas, aunque apunta que estos deben enfocarse de manera más favorable al crecimiento que lo hecho hasta ahora.
"En otras palabras: menos gasto corriente y menos impuestos y más gasto en infraestructuras y capital humano", recomienda Draghi. "Todo esto debería venir acompañado de la implementación de reformas estructurales, ya que sólo estas reformas devolverán a Europa a una senda de crecimiento sostenible", añade.
No le preocupa la deflación
Por otro lado, el banquero italiano ha subrayado que por el momento no le preocupa ni la inflación ni la deflación y señala que la recuperación de la economía europea no tiene por qué necesariamente provocar un rápido repunte de los precios, puesto que el desempleo es muy elevado y existe un alto grado de infrautilización de las capacidades de producción.
"De hecho, diría que ninguna de las dos", responde Draghi al ser cuestionado sobre si le preocupa más la deflación o la inflación. "Los riesgos de deflación o inflación son limitados en este momento", añade.
Asimismo, el presidente del BCE señala que la desinflación observada en varios países resulta en parte necesaria para que estos recuperen parte de la competitividad perdida en precios, aunque advierte de que en parte también está causada por la fragmentación de las condiciones de financiación en la zona euro.