El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha celebrado que el acuerdo para un rescate de hasta 10.000 millones para Chipre pone fin a "más de un año de incertidumbre", y ha confiado en que sirva para que el país recupere la estabilidad financiera, pero también para reforzar la confianza en el euro.
"Celebro que se haya encontrado un acuerdo, un acuerdo que pone fin a más de un año de incertidumbre sobre Chipre", ha dicho Barroso en una comparecencia en Viena, tras reunirse con el canciller federal de Austria, Wermer Faymann.
Barroso se ha mostrado confiado en que el rescate "ayudará al país en su camino de vuelta a la estabilidad financiera, a unas cuentas públicas sostenibles y a un modelo de negocio que haga honor a su nombre", al tiempo que ha destacado que "también ayudará a recuperar la estabilidad y la confianza en el euro en su conjunto".
El jefe del Ejecutivo comunitario ha destacado los avances para instaurar la arquitectura de una unión bancaria y una unión económica y monetaria porque contribuirá a evitar nuevas crisis como la que se vive en Chipre.
Además, Barroso ha apelado de nuevo a la solidaridad para afrontar la crisis y ha reiterado la necesidad de dar "respuestas europeas a los problemas comunes", con lo que ha querido dejar claro que "Europa no es el problema, sino la solución" y, por tanto, "hay que trabajar a nivel europeo, con espíritu de solidaridad y responsabilidad".
En opinión del presidente de la Comisión, es "esencial" mantener el ritmo y "no relajar los esfuerzos" para una consolidación fiscal que permita el crecimiento, para reformas estructurales con las que impulsar la competitividad y para invertir en crecimiento, "teniendo en mente que la principal preocupación de los ciudadanos es el crecimiento y el empleo".