La reforma laboral lanzó a los sindicatos a la calle. Según Comisiones Obreras y UGT sólo servía para despedir más y más barato. El Gobierno quería atajar la sangría de parados y la fórmula era promover el empleo para los jóvenes y fomentar los contratos indefinidos. Ha pasado el tiempo y el escenario laboral es es aún más dramático.
Con casi cinco millones de parados, el Ejecutivo ha reconocido que la reforma laboral no es suficiente para resolver los problemas de España y culpa además a los empresarios. Así lo ha reconocido hoy Jóse Manuel Campa, Secretario de Estado de Economía.
Los sindicatos aseguran que ellos llevan demasiado tiempo diciendo que esta reforma no iba a funcionar nunca. Paloma López, secretario de empleo de CCOO, afirma que "estaba claro que esta reforma no iba a servir para crear empleo".
Pero además, hoy el Gobierno ha tenido que asumir otra evidencia. Tras confirmar el estancamiento de nuestra economía en el tercer trimestre, el Ejecutivo ha revisado a la baja sus previsiones económicas. España crecerá cinco décimas menos de lo que había calculado inicialmente. Lo hará al 0,8 por ciento. Lo que ya habían adelantado varios organismos internacionales.