El AVE que une Madrid y Sevilla inauguró hace 25 años una nueva forma de viajar por su rapidez, puntualidad y confort, un modelo que se ha consolidado y que ha cambiado el transporte en las largas distancias en España, hasta llegar a 357,5 millones de viajeros que han usado la alta velocidad desde 1992.
Uno de los datos que, según Renfe, evidencian este cambio son los viajeros incluidos en el "mercado de movilidad peninsular de larga distancia", con 30,2 millones de usuarios del tren en 2016 frente a los 13,8 millones que utilizaron el avión, en los que se excluyen los de origen y destino fuera del país.
El primer recorrido del AVE, del que mañana se cumplen 25 años, circuló en algunos tramos a 300 kilómetros/hora, y llegó a la estación sevillana de Santa Justa dos minutos antes de lo previsto, un adelanto que no fue mayor porque los maquinistas aminoraron la marcha.
Tras ese viaje, con una comitiva a cuyo frente estaban el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, el AVE Madrid-Sevilla se inauguró para uso público el 21 de abril de 1992, un día después de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla.
En 1992, el AVE Madrid-Sevilla se usó por 1,31 millones de viajeros, y el año pasado, el número de usuarios subió a 3,23 millones, mientras que el acumulado en los 25 años fue de 71,1 millones, según datos aportados por Renfe. Para comparar el cambio experimentado en estos 25 años, Renfe subraya que en 1991, último año previo al estreno de la primera línea de alta velocidad, los servicios de largo recorrido lo utilizaron 15,7 millones de personas frente a los 31,8 millones actuales.
El trayecto inaugural conectaba Madrid y Sevilla y paraba en Ciudad Real, Puertollano (Ciudad Real) y Córdoba. Un cuarto de siglo después, el sistema de alta velocidad se ha extendido a 27 provincias y 47 estaciones, que cubren más del 67% de la población española, según ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), dependiente del Ministerio de Fomento.
La extensión de esta red es posible gracias a uno de los factores tecnológicos que distinguen el modelo español: la introducción de trenes con un sistema de ancho de ejes variable y de intercambiadores de ancho en vía para poder combinar la red convencional con la de alta velocidad.
La velocidad comercial media se sitúa en 222 kilómetros/hora por la red de alta velocidad, superior a las registradas en Japón (218 km/h) y Francia (216 km/h), destaca Renfe. Además de la rapidez de este medio de transporte, otros de los cambios que ha experimentado el sector ferroviario en los últimos 25 años ha sido la calidad percibida en los servicios de largo recorrido, que en 1991 era del 5,7 sobre 10 y ahora llega al 8,07 para los servicios AVE.
Los usuarios eligen el tren por la rapidez en llegar a destino, la puntualidad, el confort en la plaza, la facilidad para subir al tren o el trato del personal de a bordo, según las encuestas de calidad más recientes de Renfe.
Otro aspecto destacado por la compañía ferroviaria es que la actividad de transporte de Renfe en los servicios de alta velocidad entre 1992 y 2016, tanto de larga distancia como de media distancia (346 millones de viajeros), han permitido un ahorro para la sociedad estimado en 4.286 millones de euros.
Este cálculo se hace tras evaluar en términos económicos el impacto sobre el cambio climático, la contaminación y la tasa de accidentes que habría tenido realizar este transporte por otros medios.
El AVE entre Madrid y Barcelona llegó en 2008, y desde entonces lo han usado 52,3 millones de viajeros; mientras que el de Madrid con Valencia y Alicante se completó entre 2010 y 2013, con más de cuatro millones anuales de usuarios, y el corredor Madrid-Valladolid-León es usado cada año por 3,8 millones de pasajeros.