El Congreso de los Diputados ha aprobado el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2017, con lo que el texto pasa al Senado para continuar su tramitación. Tal y como estaba previsto, los 176 diputados de PP, Ciudadanos, PNV, UNP, Foro Asturias, Coalición Canaria y Nueva Canarias han avalado cada uno de los apartados del proyecto, que queda así aprobado.
La última votación ha puesto fin a tres jornadas de debate de enmiendas parciales en el Pleno, en el que los ministros han defendido sus correspondientes secciones.
Pocos plenos hay más densos y complejos como el debate de Presupuestos. Miles de enmiendas a debate, millones de euros que van de una partida a otra y una sesión plenaria de casi treinta horas. Treinta horas repartidas en tres sesiones maratonianas de lunes a miércoles que dan para mucho: carreras por los pasillos para llegar a tiempo, errores con el botón de votación, escaños rotos, un 'huevazo' en la camisa de un diputado y alguna que otra llamada al orden de la presidenta.
Una de las anécdotas de la última jornada la ha protagonizado muy a su pesar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que por error ha votado en contra de una enmienda de su propio partido. Enmienda para aumentar las inversiones en vivienda pública que el PP había pactado con el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, a cambio de su apoyo a los Presupuestos, aunque la sangre no ha llegado al río. Rajoy se ha quedado literalmente solo votando no a esta enmienda, que se ha aprobado -menos mal- con su único voto en contra, aunque el presidente del Gobierno ha encajado entre risas su equivocación.
Con cierta sorna han aplaudido el error de Rajoy desde la bancada del PSOE, aunque la alegría les ha durado más bien poco, porque los socialistas han probado la misma medicina en la votación inmediatamente posterior. Se votaba la enmienda de Nueva Canarias con el número 5.901 y ahí han sido los diputados del PSOE los que se han hecho un auténtico lío, porque unos han votado en contra y otros se han abstenido. De nuevo risas y chanzas, esta vez de los diputados del PP, que aplaudían el error de los socialistas, el cual, como el de Rajoy, se ha saldado sin consecuencias porque la enmienda iba a ser rechazada de todas formas.
También la presidenta, Ana Pastor, abrumada por el aluvión de enmiendas que le tocaba enumerar, se ha equivocado al citar algunas de ellas que se votaban conjuntamente y se ha visto obligada a repetir esa votación, sin más contratiempos. Cada vez que algún diputado metía la pata y se ajustaba un poco más la votación, en el hemiciclo se escuchaba un largo "uyyyyy", como quien ve el balón a punto de entrar en la portería.
Parecía que el pleno iba a terminar sin más incidentes hasta que un estruendo se ha oído en la bancada de Ciudadanos, y el diputado Toni Roldán se ha ido al suelo con su escaño hecho cachos, el asiento por un lado y las patas por otro. "Se ha descuajeringado", ha bromeado después Roldán, que ha dicho entre risas a los periodistas que no siente "demasiado apego a los sillones" y ha dejado claro que no había hecho "ningún movimiento extraño" como para que el escaño se viniera abajo con tal estrépito. De inmediato ha aparecido un ujier que se ha llevado los restos del infortunado sillón, no sin que antes el actor y diputado de Ciudadanos Félix Álvarez, Felisuco, exhibiera las patas a modo de trofeo.
Más risas y más barullo que Ana Pastor ha cortado de raíz avisando de que el Congreso "no es un circo", "con perdón para el circo", claro. Aunque parezca mentira, no ha sido el único escaño que ha terminado sus días en este larguísimo debate. No mucho antes, al diputado del PP Jesús Postigo también le ha cedido una pata del sillón, aunque su incidente no ha pasado a mayores y ha terminado el debate con un escaño de repuesto.
Camisa de repuesto la que tuvo que ponerse el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, para acabar el día después del 'huevazo' que se llevó al acercarse a los taxistas en huelga que se manifestaban a las puertas del Congreso. Se desconoce el objetivo del proyectil comestible que acabó impactando de lleno en la cabeza de uno de los lideres del taxi que le acompañaban, pero el pelo y la camisa de Iglesias se llevaron también su buena ración. "Me ha hecho un huevo de ilusión acompañar hoy a los taxistas en defensa de los servicios públicos y contra la privatización", bromeaba después.
Iglesias, con un papel secundario esta semana de Presupuestos, está enfocado ahora en preparar su intervención en el debate de la moción de censura contra Mariano Rajoy del próximo 13 de junio, en la que tendrá que defender su candidatura como presidente del Gobierno. Otro debate intenso que vivirá este Congreso revolucionado, aunque esa será otra historia.
Los Presupuestos pasan ahora al Senado para continuar su tramitación, donde previsiblemente se votarán la última semana de junio para, en caso de que se incorporen nuevas enmiendas, volver de nuevo al Congreso antes de que finalice ese mes.
El despiste de Pablo Iglesias
La anécdota de la tarde la ha puesto
Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos,
como por la mañana Mariano Rajoy, se ha equivocado al votar. Lo ha hecho, por error, a favor de los presupuestos de dos Ministerios, los de Educación y de Exteriores.
Iglesias, que tiene presentada una moción de censura para tratar de deponer a Rajoy, se ha equivocado la primera vez en la votación de la sección 18 de los Presupuestos Generales del Estado para 2017, que es la relativa a Educación, Cultura y Deportes, lo que ha suscitado risas en el PP y aplausos al ministro Iñigo Méndez de Vigo.
Pero ha repetido el error minutos después al votar también a favor del dictamen de la sección 12, que es la referida al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, lo que ha extendido las risas a las filas de Unidos Podemos.