Los teléfonos móviles están por todas partes: en el autobús, en la calle... pero cuando algo falla, la mayoría acaba en la basura o en los contenedores. Precisamente ese es el problema, la producción de basura electrónica es la que más crece en nuestro país.
Cada uno de los españoles genera 17 kilos al año en tecnología desperdiciada. Algo que se podría evitar con un dispositivo que parece un puzzle, pero es un smartphone modular: todos sus componentes son independientes, lo que nos permitirá poder cambiar cualquier parte dañada prácticamente en el momento.
Esta opción todavía no está en el mercado, y hacerlo nosotros mismos es misión imposible. Pero existe una empresa que los repara con piezas recicladas. Algo que de momento podría ser una solución. Aprovechan cualquier parte de un teléfono para darle una segunda vida.