De la Torre, que gastó 320.700 euros con su tarjeta, ha declarado como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, al que ha explicado que cuando aludió en un correo a unas tarjetas "black a efectos fiscales", se refería a que eran "neutrales para Hacienda" y que era la entidad la que asumía la retención, han informado fuentes jurídicas. Según ha explicado, algunos de los exdirectivos, entre ellos él mismo, contaban con dos visas, una para gastos de representación y otra para uso personal, que por tratarse de un complemento retributivo no se debían justificar los gastos. El fiscal le ha preguntado por el carácter "secreto" de varios correos en los que aludía a las polémicas tarjetas, entre ellos el que desvelaba la existencia de una "tarjeta visa de gastos de representación, black a efectos fiscales...", o el que mencionaba su carácter "delicado" y alertaba de "filtraciones".
Sobre ellos, ha insistido en que todo lo relativo al sistema retributivo es "sensible", "delicado" y "reservado", por lo que debe tratarse con "mucho cuidado". Mientras, Andreu, que la semana pasada requirió a Bankia y a la Fundación Caja Madrid que aporten "detalle específico de los importes que han soportado en sus cuentas" como consecuencia del uso de estos plásticos, ha querido saber si le parecía "normal" que esta retribución no estuviese documentada, a lo que ha reconocido que aunque no figuraba en su contrato, no le "pareció irregular".
El imputado ha reconocido que él entregó físicamente varias visas, pero se ha desmarcado de su operativa subrayando que era el departamento de Medios y su responsable, Barcoj, el que tenía "el control" sobre las retribuciones de la caja, mientras Blesa decidía quiénes podían gozar de una tarjeta y con qué límite. Por su parte, el que fuera director general de Economía de la Comunidad de Madrid Pablo Abejas, que efectuó unos gastos de 246.700 euros, ha alegado que él era "beneficiario" pero no contratante de su tarjeta, que entendió siempre como de libre disposición y que "contaba con todas las bendiciones".
Los once imputados que han comparecido, y para los que el fiscal no ha pedido fianza, han coincidido en que estos plásticos eran de libre disposición y en que sobre ellos no había ningún tipo de delimitación, aunque se les prohibió sacar en efectivo. Preguntados por qué no agotaron los límites de sus tarjetas a pesar de ser un complemento a su sueldo, han explicado que lo intentaban, pero que como no se debían justificar, trataban de memorizar o apuntar a mano los gastos efectuados para no sobrepasarlos. Además, han defendido que ignoraban que sus tarjetas no estuviesen incluidas en su certificado de haberes, a excepción de Antonio Rey de Viñas (191.500), y Javier de Miguel (172.700), que han especificado que lo sabían pero que pensaron que estaba "arreglado" desde el punto de vista fiscal con la caja.
El exsocialista Ángel Gómez de Pulgar (149.700) y el miembro de la comisión nombrado a propuesta del PP Antonio Cámara (178.000), han aludido a un acuerdo con la Agencia Tributaria, aunque el segundo ha hablado también de otro con el Banco de España, han explicado las fuentes consultadas. La nueva tanda de declaraciones ha estado marcada por la accidentada salida del exdirectivo Miguel Ángel Araujo, al que un grupo de preferentistas ha perseguido por los alrededores de la Audiencia al grito de "Bandido" y "Chorizo", pese a que ha intentado aclararles que él les "entiende" pero "no tiene nada que ver con Bankia".
El juez retomará los interrogatorios el jueves, cuando ha citado a otros trece imputados, entre ellos el exjefe de gabinete de la secretaría de Estado de Hacienda José María Buenventura (63.000) o el expresidente de Renfe Miguel Corsini (46.700). Concluirá el viernes con las declaraciones de, entre otros, el exjefe de la Casa del Rey Rafael Spottorno (223.900) y uno de los hombres de confianza de Miguel Blesa, Matías Amat (431.000 euros).