Cada vez más son los herederos que no tienen constancia de las fortunas a las que podrían acceder tras el fallecimiento de un familiar. En España, por ejemplo, hay casi 600 herencias sin dueño.
Ahora, equipos especializados de genealogistas recorren archivos, cementerios y viajan alrededor del mundo para localizar a aquellos que tienen derecho sobre esas herencias desconocidas.
Las investigaciones comienzan con la lectura de los Boletines Oficiales, donde se llama a quiénes creen que tienen derecho a heredar tras un fallecimiento. También son útiles en la búsqueda los periódicos locales, donde muchas veces aparecen casos de herencias perdidas.
Pero también hay otras fuentes, como los abogados, las administraciones públicas o administradores de fincas.
El genealogista Victorio Heredero se dedica a buscar parentescos a través de los archivos de cualquier rincón del mundo y así atar los lazos de una familia para localizar al benefactor. Victorio asegura que su trabajo "no es un trabajo de despacho" sino de calle y de entrevista oral.
Al final del proceso, si el genealogista consigue completar los cabos sueltos y la herencia llega y es aceptada por el destinatario, viene el cobro. Las comisiones para estos investigadores son del 10 al 30% en caso de que el beneficiario quiera aceptar la herencia.
