Alimentos
España, en riesgo de quedarse sin dulces por culpa de la invasión de Rusia a Ucrania
Muchos de los dulces elaborados en España tienen aceite de girasol. Ahora, con la guerra en Ucrania, se recibe mucho menos, por lo que nuestro país se prepara para una posible escasez de dulces.
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La guerra en Ucrania continúa provocando numerosos efectos más allá del combate que libran ucranianos contra rusos en las diferentes ciudades del país. La escasez de productos, como ha sucedido habitualmente en tiempos de guerra, tiene muy preocupado al sector alimentario, que ve cómo quedan muy mermadas sus capacidades productivas.
El aceite de girasol está siendo uno de los más solicitados por las empresas alimentarias para poder elaborar los productos. Muy especialmente las empresas que fabrican dulces, puesto que la mayoría requiere de aceite de girasol para poder fabricarlos, y sin ellos, les resulta mucho más difícil encontrar una alternativa que les resulte eficaz.
Algunos de los productos más frecuentemente elaborados con el aceite de girasol son las galletas, los productos de bollería, tanto la industrial como la fresca, y cualquier tipo de pastel o elemento adicional. España, al ser uno de los países que más aceite de girasol compra, se ve en un apuro, puesto que gran parte de esos dulces podrían acabarse en poco tiempo.
Ucrania, uno de los principales productores
El motivo más importante por el cual Ucrania es esencial para el aceite de girasol es que se trata de uno de los países que más cereales produce y exporta en el mundo, por lo que dicho aceite, tan utilizado en España para elaborar los dulces, podría verse comprometido en nuestro país, que solicita su exportación en reiteradas ocasiones, siendo de los países que más lo hace.
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El desabastecimiento que se venía produciendo en los últimos tiempos, unido al conflicto bélico que inició el pasado 24 de febrero, hace temer que los dulces sean tan solo el comienzo y que la escasez de otras materias primas, principalmente del sector agrario, también empiecen a incrementarse en las semanas venideras, tanto por la guerra como por el aumento de la inflación, en máximos desde diciembre de 1986.
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