Las empresas españoles vendieron más de 222.000 millones durante el pasado año. Este buen dato se suma a la caída del déficit comercial en un 33,6 por ciento. Hubo superávit durante todos los meses de 2012.
Las importaciones han caído en casi todas las rúbricas con excepción de las compras de productos energéticos, que han crecido un 11 % a causa de la elevada dependencia energética del exterior, sobre todo del petróleo y sus derivados. Esto ha llevado a que el déficit energético haya crecido el 13,9 % respecto a 2011, hasta 45.503,7 millones.
Sin embargo, si se elimina la energía, el saldo comercial es positivo y se registra un superávit de 14.746 millones, una cifra nunca antes alcanzada. El saldo con la Unión Europea, principal socio comercial de España, registró un superávit de 12.571,1 millones, el triple del obtenido en 2011, a pesar de la ralentización económica de la región.
Casi todos los sectores económicos, menos el del automóvil, las semimanufacturas no químicas y algunos bienes de consumo duradero, incrementaron sus exportaciones el año pasado. El sector más dinámico fue el de los alimentos, con un aumento de las ventas al exterior del 11,7 %, sobre todo por la subida de las exportaciones de carnes y bebidas.