En declaraciones, una portavoz del colectivo, Juana Alonso, ha precisado que se trata de una urbanización, que pertenece a una constructora que quebró hace años, cuyas viviendas llevan "totalmente terminadas" desde hace dos años y que en los últimos meses han sido "objeto de robos y pillajes".
El hecho de que las viviendas estuvieran vacías y que la necesidad de tener un techo bajo el que vivir llevó, en un principio, a siete familias de la localidad a ocuparlas. Alonso ha explicado que la actuación inicial de éstas familias sirvió de efecto llamada para otras que se encontraban en situaciones similares, y a día de hoy son setenta las que se encuentran en esta urbanización de 78 viviendas, no sólo de Bollullos, sino de también de otras poblaciones cercanas.
"Se han respetado las casas que estaban vendidas y que tienen escrituras, el resto, las hemos ocupado, porque no nos ha quedado más remedio", ha precisado, indicando que ya cuentan con un punto común de agua, con el que limpiar las casas y asearse y pretenden conseguir luz eléctrica. La intención de estas familias, ha explicado esta mujer, no es permanecer en ellas de esta forma, que "nos la regalen", lo que quieren es "poder llegar a un acuerdo con el banco y con la administración de forma que paguemos un alquiler social que nos permita quedarnos en ellas" en función de los ingresos de cada uno.
Según ha explicado, desde que han llegado están contribuyendo al mantenimiento de unas viviendas de las que "habían arrancado puertas, inodoros y cables" y han adecentado las calles de la urbanización, de cuya limpieza se encargan. "Algunos de nosotros cobramos alguna prestación; otros, matrimonios jóvenes y con hijos no cuentan con recurso alguno y hemos visto en esta ocupación una salida", ha concluido Alonso.