El FMI prevé que Venezuela seguirá sumida en una profunda crisis económica, con un decrecimiento estimado de -15 % para este año, lo que contrasta con las previsiones de crecimiento en 2018 de Chile (las mejora del 2,5 % al 3 %), Colombia (pasa del 2,8 % al 3 %), Ecuador (del 0,6 % al 2,2%) y Perú (del 3,8% al 4%). "Favorecida por la mejora del entorno mundial, la recuperación de América Latina también está cobrando ímpetu a medida que las recesiones de algunos países (Brasil, Argentina y Ecuador) llegan a su fin", afirmó Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del organismo, en rueda de prensa al presentar la actualización de sus pronósticos globales.
Después del crecimiento del 1,3 % en 2017, el Fondo prevé que el crecimiento de la región latinoamericana se acelere progresivamente al 1,9 % en 2018 y 2,6 % en 2019. Werner precisó, no obstante, que gran parte de estas cifras vienen lastradas por la profunda crisis de Venezuela, al subrayar que, sin contar la economía venezolana, los proyecciones latinoamericanas serían del 2,5 % para este año y 2,8 % en 2019.
"El consumo y las exportaciones fueron los principales impulsores de crecimiento el año pasado. Es alentador constatar que la inversión ya no es un lastre y se prevé que sea un factor importante para la aceleración del producto este año y el próximo", remarcó el funcionario del FMI, al destacar el repunte de los precios de las materias primas.
Asimismo, Werner destacó que "la inflación retrocedió significativamente en 2017 en muchos países, dejando cierto margen para una política monetaria más acomodaticia". Caso especial también en este aspecto es Venezuela, donde el Fondo prevé que "la inflación ronde el 13.000 por ciento en 2018, alimentada por la pérdida de confianza en la moneda nacional".