Grecia abonará al Banco Central Europeo los 3.500 millones de euros en bonos y los 700 millones de euros en intereses, en total 4.200 millones de euros. Por otro lado, saldará su deuda con el Fondo Monetario Internacional al hacer frente a los 2.000 millones que debe, 1.500 millones de los tramos de crédito que vencían durante el mes de junio y 500 millones en intereses. Debido a la asfixia financiera que atravesaba y en plenas negociaciones con los acreedores, el Ejecutivo de Alexis Tsipras solicitó agrupar todos los pagos correspondientes a junio en un único pago con vencimiento el 30 de junio.
Tras no abonar esta cantidad en el plazo previsto, Grecia entró "en mora" con el organismo internacional. El pago de hoy al BCE se consideraba clave para que el país no incurriera en el impago, lo que podría haber supuesto el final de la liquidez que con carácter excepcional la entidad monetaria facilita a los bancos griegos a través del mecanismo de créditos de urgencia conocido como ELA.
Grecia puede hacer frente a los pagos porque que hoy ya dispone del crédito de la Unión Europea (7.160 millones de euros), concedido para saldar los pagos más urgentes y que es fruto del acuerdo alcanzado entre el Gobierno griego y la eurozona en el Consejo Europeo de hace una semana.