El nuevo Ejecutivo griego del conservador Andonis Samarás pedirá ampliar "al menos en dos años", es decir, hasta 2016, el plazo acordado con la "troika" para cumplir el plan de reformas y ajustes fiscales, según el texto del programa del gobierno hecho público en Atenas.
El documento pide ampliar el plazo acordado en febrero pasado por el Ejecutivo interino que había en Grecia y los representantes de la troika, compuesta por la Comisión Europea (CE), del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se espera vuelvan a la capital helena el próximo lunes. Dicho acuerdo fue pactado entonces con el gobierno interino de "unidad nacional" liderado por el tecnócrata Lukás Papadimos.
El programa del Ejecutivo que asumió esta semana ha sido firmado por los tres partidos que forman el gobierno de coalición: la conservadora Nueva Democracia (ND), el Pasok (socialistas) y el pequeño centroizquierdista Izquierda Democrática (Dimar).
Además de una prórroga de los plazos, Samarás prevé solicitar a los socios europeos otras modificaciones del pacto de austeridad acordado con la Unión Europea (UE) y el FMI. Entre otros, espera poder dejar en suspenso las reducciones de los salarios mínimos y de las pensiones de jubilación, previstas inicialmente para este mes de junio.
En el pacto de austeridad se incluyó el compromiso de que Atenas reduzca en 150.000 el número de sus funcionarios públicos. El actual gobierno tiene programado "mejorar el funcionamiento del sector público fusionando servicios non rentables y trasladando a sus funcionarios a otros cargo".
Además, intentará restablecer los acuerdos salariales colectivos, evitar nuevos recortes de sueldos y pensiones, aumentar el nivel de los ingresos mínimos anuales libres de impuestos, y reducir el número de los funcionarios sin proceder a despidos.
El programa prevé extender el pago del subsidio de desempleo de uno a dos años, y ofrecer asignaciones a los trabajadores autónomos sin empleo.
La propuesta confrontará a Atenas con los socios de la zona del euro reacios a renegociar el paquete de severas medidas de ahorro a cambio del préstamo de 130.000 millones de euros para salvar a Grecia de la bancarrota, aunque algunos sí se han mostrado dispuestos a tener cierta flexibilidad.
La mayor parte de las medidas incluidas en ese pacto habían sido exigidas por la troika como condiciones "sine qua non" para el pago de la gigantesca ayuda necesaria.