El Gobierno griego reconoció que antes de recibir previsiblemente las ayudas pendientes del rescate a finales de abril, deberá afrontar una serie de problemas de liquidez, cuya solución todavía hay que negociar con los socios.
El ministro de Trabajo, Panos Skuerletis, afirmó que de aquí a agosto "hay grandes necesidades financieras" sobre las que todavía no se ha hablado con los socios de la eurozona.
El acuerdo alcanzado con el Eurogrupo contempla que el desembolso de los 3.700 millones de euros de la eurozona no podrán desembolsarse antes de que se haya efectuado una revisión a finales de abril de las reformas a las que Grecia se ha comprometido.
"Las cosas no son de color de rosa", admitió Skurletis para añadir que toda esta cuestión "está en el aire" y debe ser negociada todavía. Tan solo en marzo Grecia afronta pagos de 7.300 millones de euros en devoluciones de créditos y vencimientos de Letras del Tesoro, a los que se suman otros 2.800 millones en salarios y pensiones.
El Gobierno confía en que los socios concedan a Grecia la posibilidad de elevar el techo de las Letras del Tesoro que tiene permitido emitir, actualmente en 15.000 millones de euros. En las negociaciones en el Eurogrupo, el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, solicitó al Banco Central Europeo elevar este techo, en principio en otros 8.000 millones de euros, pero el acuerdo del pasado fin de semana no incluye referencia a este asunto.
Varoufakis, ha descartado que Atenas vaya a efectuar recortes de empleo en el sector público, así como rebajas de los salarios y de las pensiones, mientras que ha indicado que el Gobierno griego tiene el derecho de alterar las condiciones de las privatizaciones en curso, aunque no habrá cambios en los procesos ya cerrados.
"No cambiaremos las privatizaciones que ya se han realizado", declaró Varoufakis en una entrevista concedida a la emisora griega 'Real FM', donde apuntó que, sin embargo, en las privatizaciones en curso "el Gobierno griego puede variar algunos términos y examinar su legalidad".
Por otro lado, al ser cuestionado sobre la posibilidad de que el Gobierno griego deba realizar despidos en el sector público o rebajar pensiones y salarios, el ministro de Finanzas de Grecia respondió con un rotundo "no". "En ninguno de los casos, esa es la gran diferencia", añadió.