Okupación

Un grupo de inmigrantes okupa un edificio en ruinas y con peligro de derrumbe en Arucas, Gran Canaria

Cinco jóvenes marroquíes han okupado un dúplex de la urbanización Montepino en Arucas, unos inmuebles que se encuentran en ruinas y con peligro de derrumbe. Malviven sin agua ni luz, rodeados de escombros y sobreviven gracias a la solidaridad de los vecinos que les dan comida, agua ropa y mantas.

Un grupo de inmigrantes okupa un edificio en ruinas y con peligro de derrumbe en Arucas, Gran Canaria

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"Son chicos jóvenes que acaban de cumplir 18 años, se quedan en la calle sin derechos...Sin ningún tipo de soporte ni alimenticio ni de papeles ni nada", explica Pilar, una vecina.

Tres de los jóvenes okupas se asoman a la ventana superior de la vivienda y nos cuentan que son del sur de Marruecos y llegaron hace varios meses en patera a Lanzarote: "No tenemos donde vivir, otra casa, no tenemos familia", cuenta Mohamed.

Minutos después se asoman por la reja de la entrada y nos invitan a pasar para ver de cerca la realidad del lugar: "Todo está en ruinas...Sin luz sin agua sin nada, buscamos ayuda con la gente de la barriada. Nos ayudan con cargar el móvil, nos dan comida y agua...", nos explican.

Brahim habla poco español, pero también nos cuenta que quiere trabajar y conseguir papeles: No tengo casa ni familia, me busco la vida solo. Todos los que vivimos aquí vinimos en patera, somos cinco.

Los jóvenes acceden a la vivienda por una puerta trasera mediante una improvisada pasarela, ya que el resto de suelo está hundido. Cuando uno de ellos va a entrar, resbala con el agua de la lluvia y se cae. La parte trasera está totalmente derrumbada y solo queda en pie parte de la fachada, recuerda a un edificio de un país en guerra.

Los vecinos de las viviendas cercanas aseguran que los jóvenes no son conflictivos, sino todo lo contrario, y tratan de ayudarlos con lo que pueden: "No dan ningún tipo de problema, al contrario, se portan super bien y los vecinos colaboramos como podemos. Les damos comida, mantas...Cualquier día se les puede caer cualquier cosa o pueden caer ellos al entrar o salir. Son condiciones indignas", asegura Pilar. Fernando es el vecino de la casa del al lado: "Él es muy buena gente, vive en la esquina, es como un padre, nos ayuda mucho", dice Mohamed. "Les doy agua y comida lo que puedo, yo tampoco soy rico", responde Fernando.

Unas casas más abajo, Pino se asoma a la ventana y los saluda: "Ella es como una madre, le tocamos a la puerta a las 3 de la mañana si no hemos comido y nos da pan". "Ellos son muy tranquilos y muy buenos, y de la misma comida que hago para mi les doy a ellos, un plato más un plato menos no me pesa, y el hambre es muy feo", asegura Pino, que añade: "Es un sitio que no es para vivir pero no tienen donde ir estos niños".

Urbanización Montespino de Arucas

Estos dúplex son los restos de la que fuera la urbanización Montespino de Arucas, unos pisos que después de ser construidos, entregados, y habitados, fueron desalojados dos años después porque estaban demasiado cerca del trazado de la cuarta fase de la circunvalación. Los propietarios fueron indemnizados con 300.000 euros por la negligencia y se tiraron abajo las viviendas más próximas a la carretera, pero los inmuebles compartían el garaje y ahora queda el hueco dejando una estructura totalmente inestable e insegura. El derribo no se llegó a completar porque se pensó en salvar los dúplex más alejados de la circunvalación para darles uso cultural, pero nunca se llevó a cabo.

La titularidad del edificio es del Gobierno de Canarias, y desde el Ayuntamiento de Arucas piden una solución para un inmueble insalubre que carece de agua, luz y acceso peatonal, y que se encuentra en ruina funcional.

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