El gerente de confianza de Rodrigo Rato y nuevo acusado de actuar como testaferro, Miguel Ángel Montero, y la secretaria personal del exvicepresidente del Gobierno, Teresa Arellano, han quedado en libertad sin fianza tras declarar ante el juez que investiga la fortuna del ex director gerente del FMI. El titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, ha interrogado a Montero durante una hora y media y, posteriormente, a la secretaria personal de Rato aproximadamente una hora.
Según fuentes jurídicas consultadas, ambos han quedado en libertad sin fianza, pero siguen imputados por delito fiscal, de corrupción entre particulares y de blanqueo de capitales, y deberán comparecer una vez al mes ante el juez. La Guardia Civil detuvo el pasado miércoles por la mañana al nuevo presunto testaferro y a la secretaria de Rato, a quienes trasladó a las dependencias policiales de Tres Cantos (Madrid). Tras el registro de sus domicilios, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tomaron declaración este jueves por la mañana a ambos y, ya por la tarde, Rato acudió a las mismas instalaciones en el marco de la investigación sobre su patrimonio acusado de un nuevo delito de corrupción entre particulares.
El expresidente de Bankia fue interrogado por los pagos recibidos en una de sus sociedades, Kradonara 2001, por el empresario Alberto Portuondo, que se encuentra en prisión preventiva desde mediados de agosto por blanqueo de capitales y corrupción entre particulares. En su momento, Portuondo reconoció ante el juez que, en tiempos de Rato al frente de Bankia, asesoraba a los responsables del banco que resolvían las adjudicaciones de los contratos de publicidad. Y en esa misma época, Portuondo ingresó cerca de dos millones de euros de las empresas Zenith y Publicis, las mismas que ganaron el multimillonario concurso de publicidad para dar a conocer el lanzamiento de Bankia y su posterior salto al parqué.
Los investigadores piensan que parte de ese dinero, 833.000 euros, acabó llegando a Rato a través de los pagos que Portuondo hacia a Kradonara, a razón de unos 40.000 euros mensuales durante los años 2011 y 2012. Fuentes jurídicas insisten en que la relación entre la firma de Rato y la de su supuesto testaferro era "totalmente profesional y duró años", además de que está perfectamente documentada y el juez tiene ya pruebas de ello. Aún así Rato tuvo que dar explicaciones a la Guardia Civil durante una declaración breve, tras la cual pudo regresar a su casa.
Este viernes el gestor de confianza de la familia Rato -nuevo acusado de actuar como testaferro del exbanquero- y la secretaria del expolítico pasaron a disposición judicial. Los detenidos, que estaban en las dependencias de la Guardia Civil de Tres Cantos desde el miércoles por la mañana, fueron trasladados al juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, en Plaza de Castilla, adonde llegaron poco antes de las 10.30 horas. Montero comenzó a declarar ante el juez poco antes de mediodía y hasta las 13.20 horas, y minutos después comenzó el interrogatorio a la secretaria personal de Rato.
En este procedimiento hay ya nueve imputados: el propio Rato, el empresario Alberto Portuondo, el abogado Domingo Plaza, el supuesto testaferro Miguel Ángel Montero, la secretaria Teresa Arellano y otras cuatro personas que estarían relacionadas con las compañías Publicis y Zenith.