Galicia
El hostelero de A Coruña que encontró personal en pocas horas tras un llamamiento público: “No somos Gargamel”
Ofrecía estabilidad y dos puestos de trabajo acorde al convenio, pero no era capaz de cubrir las bajas de su personal. Gracias a una noticia en prensa logró cubrir las vacantes. Tras la experiencia deja una reflexión sobre cómo se percibe el sector de la hostelería.
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Juan Rodríguez gestiona cinco establecimientos de hostelería en A Coruña y llegó a temer por el futuro de uno de ellos si no conseguía cubrir dos vacantes. “Tenía a dos personas de baja y estaba haciendo malabarismos para seguir abierto, iba a tener que cerrar”.
No encontraba personal y decidió hacer un llamamiento público en los medios. La noticia de su situación fue publicada en El Ideal Gallego y, en pocas horas, la respuesta fue tan masiva como sorprendente. Casi medio centenar de currículos llegaron a su bandeja de entrada, muchos de ellos de personas cercanas al barrio de la Sagrada Familia, donde tiene varios de sus locales. Así, en cuestión de horas, Rodríguez consiguió cubrir las vacantes que amenazaban la continuidad de su negocio.
“Fue increíble, brutal la repercusión”, explica con gratitud. “Sobre todo con mucha gente que vive cerca, que conocíamos y que no sabíamos que estaba buscando trabajo”, añade.
Sin embargo, más allá de la respuesta positiva, Rodríguez se siente frustrado por cómo el sector de la hostelería es percibido en general.
“No somos Gargamel”, insiste Juan, “la imagen del hostelero se ha distorsionado hasta el punto de ser considerado una especie de villano”. Este es uno de los puntos que más le molesta. “Nos ven como si torturáramos a la gente,” asegura. Para Rodríguez, esa visión errónea de los empresarios de hostelería no tiene nada que ver con la realidad.
"La mayoría somos empresarios decentes"
“No sé cómo explicarle a la gente que en la hostelería hay de todo. Y que como en todos los sectores los hay malos, pero no lo somos todos. La mayoría somos empresarios decentes, que cumplimos las normas, que ofrecemos un trabajo digno, según convenio o por encima,” declara.
La escasez de personal es un mal endémico en la hostelería. “Es un caos: empezamos a notar el problema el año pasado y este empieza con la misma gravedad; la gente aguanta tres o cuatro meses, pero luego te deja tirado”, lamenta el empresario. “Algunos compañeros sí han tenido que cerrar por este problema”, añade.
Rodríguez se muestra agradecido y sorprendido por la respuesta a su llamada laboral. “La gente se presentó con la intención de trabajar y eso es la leche,” y agrega “ahora mismo, tras la avalancha de ofertas, necesitamos más locales para dar más empleo.” Y sonríe.
“Llevo toda la vida trabajando en hostelería, poniendo cafés y comidas, y creo que bien. Tenemos que reivindicar nuestra labor, nos dedicamos a la gente. Trabajo junto a 25 personas, somos un equipo,” concluye con orgullo destacando la importancia del sector.
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