Las negociaciones entre la empresa pública Aena, dependiente del Ministerio de Fomento, y los controladores para regular sus nuevas condiciones de trabajo concluyen hoy sin que haya visos de que se pueda alcanzar un acuerdo.
Aena y el sindicato de controladores aéreos Usca se han reunido a diario los últimos quince días para negociar el nuevo convenio colectivo del sector sobre el que, en principio, debería alcanzarse consenso antes de que acabe la jornada de mañana.
En el caso de que no se logre, desde el martes y hasta el 28 de febrero el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel actuará como árbitro en la negociación. Todo apunta, según fuentes cercanas a la negociación, a que habrá que esperar al 28 de febrero para que Pimentel dicte un laudo arbitral de obligado cumplimiento para ambas partes.
El acuerdo deberá incluir las nuevas condiciones impuestas en la Ley de Navegación Aérea y tener en cuenta la reducción de salario, las horas extra y nueva organización del trabajo que debe plasmarse en el II Convenio Colectivo de los trabajadores de control del tráfico aéreo de los aeropuertos de la red Aena.
César Cabo, portavoz de Usca, sindicato que representa a más del 92 % de los cerca de 2.400 controladores que trabajan en España, dijo que las negociaciones son "lentas" y que lo más seguro es que haya que acudir al arbitraje, y también se declaró optimista sobre la solución que ofrezca el ex ministro Pimentel.
El presidente del ente público, Juan Ignacio Lema, señaló el 13 de diciembre que confiaba en que se pudieran limar muchas discrepancias en la mesa negociadora, quedando pocos puntos conflictivos para ser resueltos por el laudo arbitral o incluso nada.
Añadió que aunque los salarios y la jornada suelen ser los puntos más conflictivos, son los que se encuentran más avanzados en la negociación, ya que tanto la masa salarial como la jornada fueron acordadas en agosto entre ambas partes y posteriormente la jornada también fue establecida por ley.